Santiago está aprendiendo a leer. Es fascinante, divertido y a veces desesperante también.
En la página de la de la “h”, comienza muy ligero,: "helado", "hueso", "hilo" -todo sin titubear- "bruja".
¡Ay, te pillé, era un “hada”!
En la de la “f” lee: "foto", "Felipe y Felisa" y bajo un dibujo de un ave (que puede ser cualquier cosa) pronuncia con gran dificultad: ffffa……iii………ssssán.
Ahora -le digo- léelo de un tirón, y efectivamente, muy orgulloso y de una sola vez dice: ¡paloma!
El ya sabía que era una paloma, así que lo mismo le daba lo que pusiese debajo.
Tampoco hay que extrañarse, cuantas veces, a quien no le gusta la realidad palmaria se la inventa a su gusto. Los nacionalistas, sin ir más lejos
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