Ayer mientras se escuchaba de fondo en el chiringuito me di cuenta de nuestra degeneración.
El carpe diem horaciano ha dado mucho juego a lo largo de la historia de la literatura.
¡Oh Garcilaso!:
En tanto que de rosa y de azucena se muestra la color en vuestro gesto...
¡Oh Góngora!:
Mientras por competir con tu cabello, oro bruñido al sol relumbra en vano;...
Pero hoy, del "collige, virgo, rosas" hemos pasado al:
¡Dale a tu cuerpo alegría, Macarena, que tu cuerpo es pa darle alegría y cosa buena!
¡Toma ya!
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