Pápa, me dice Santiago, te estoy preprando una sorpresa.
¿Y qué es?
No te lo puedo decir, sino no sería una sorpresa.
Lo llevo montado en bicicleta de pie en la barra delantera, con la cabeza a la altura de mis labios. Tan pequeño.
Y pienso, ¿qué otra sorpresa me vas a dar?. Si un hijo es una permanente sorpresa . Si no me repongo de la sorpresa todavía, desde que me enteré de la existencia de cada uno cuando dio positivo el test de cada embarazo.
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