Hay noches redondas como la luna llena. Ayer fue una de ellas.
Asistimos a la representación del segundo reparto del Rigoletto en el Teatro Maestranza. Reyes y yo solitos.
Memorable: Leo Nucci es una vieja gloria, que a sus 71 años sigue deslumbrando en el papel del trágico bufón. Con una riqueza de matices y de interpretación inigualables.
Con el telón bajado hicieron él y Jessica Prat un bis de la Vendetta, tras el cual, el teatro se puso en pie como un resorte y estalló en aplausos. Merecidos. Emocionante.
Fue una noche de ópera clásica, a la antigua.
Salimos fascinados, encantados, plenos, como la luna, que entre las palmeras de los jardines de la Caridad, plateaba nuestro paseo de vuelta a casa, juntos.
Los dos.
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