He participado en la Mesa Redonda sobre Manon Lescaut, la ópera de Puccini que ahora representan en el Maestranza. Cuando se acaba siempre es un descanso. Pedro Halftter además de un director excelente tiene un don especial para captar la atención cuando explica la obra y se acompaña con el piano, lo cual hace que el resultado sea muy ameno.
Ya en casa, he tocado un poco la guitarra, he balbuceado más bien.
Y ahora estoy haciendo un cocido que va estar de muerte. Eso sí, me ha rebozado la olla y se ha puesto todo perdido. Ha quedado limpio antes de que haya sido descubierto y he dejado vacío mi vocabulario malsonante mientras recogía.
Por su parte, Manolito, me cuenta que unos niños de su clase tenían escritas en el brazo las preguntas de examen, y concluye muy ufano que él y otros se lo han dicho, por supuesto, a la profesora.
Me pasma que unos niños tan pequeños ya lleven chuletas pero más me asombra el que les parezca natural delatarlos.
Hoy le he tenido que enseñar dos lecciones:
1.- No se copia
2.- No se chiva
Estoy derrengado, escribo esto, porque tengo el blog muy abandonado, pero medio muerto. Y ahora me voy a arrellanar en el sillón sin hacer nada mientras hierve el puchero. Que descansen.
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