Me pregunto
cuántas cosas no han conocido
los que nos precedieron
y qué vida llevaron
sin tantas experiencias
ni tantas emociones
telemáticas y
audivisuales
sin libro digital
e incluso sin imprenta
todo trazado en barro
en una aldea reseca
en la tierra de Uruk.
Qué lejos Nueva York
a vista de helicóptero...
Pero había sol naciente
y aguas cristalinas
y pétalos de flor
abierta a la mañana
y madres
y mejillas
que besar
y lágrimas
y primavera cálida
y la muerte perenne
y brisas
oreando
el río de la tarde
y luna llena
siempre…
No veo la diferencia.
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