Todo esterilizado, higiénico. Pasillos relucientes, ascensores de acero, luces frías.
En la habitación, como una llama débil, yace la anciana.
Abre a veces los parpados y deja vagar su mirada vacía. Es como el pábilo a punto de extinguirse, con esa luz azulada que parece acabada y al instante se reaviva con una tenue candela agotada y trémula.
Sabemos que lleva así varios años, aunque ahora ya no admite alimentos, esos que les han sido aportados diariamente varias veces al día con paciente minuciosidad.
Con tres hijas pequeñas muy seguidas, la familia, vio como la abuela, activa y jovial, se convertía en una niña más, pero mientras aquellas espigaban esta desaprendía.
En este lugar nosotros aprendemos mucho. Los héroes sencillos nos enseñan donde está la verdad.
Cuando a los niños no se les deja nacer, ahora que a los viejos se les quiere apresurar la muerte, veo la mano delicada de la hija sobre la frente de la anciana demente que le peina los escasos cabellos lánguidos.
Salgo reconfortado, tras presenciar, en una aséptica habitación de hospital, toda la belleza y toda la esperanza del mundo.
viernes, 27 de septiembre de 2019
jueves, 19 de septiembre de 2019
Conversaciones en el Salvador
Mientras se ponía el sol en el Aljarafe, comenzamos a charlar de lo divino y humano. Sin darnos cuenta, seis cervezas mas tarde, había oscurecido por completo.
Foto de JMJ |
Con José María Jurado, gran poeta, ingeniero de telecomunicaciones, mente privilegiada, estuve en amena conversación durante dos horas en mi azotea.
Es una maravilla dejarse llevar, saltando los temas, sin cansancio, sin apercibirse del paso del tiempo. Pasa cuando hay una afinidad espiritual en la que el tiempo se desliza y el tono se acompasa.
Me ha ocurrido ayer y otras veces... recuerdo la calurosa tarde de junio con AR en este mismo sitio o con AP o con EGM, con los que tras largas parrafadas, aún nos quedan cosas en el tintero con las que largo y tendido.
Más tarde abrí uno de los libros que me regaló, Gusanos de Seda, fue el culmen de una tarde magnífica.
lunes, 16 de septiembre de 2019
SAN ISIDORO DEL CAMPO
Hay en Sevilla joyas que casi desconocemos. San Isidoro del Campo es una de ellas. Monasterio fundado en el siglo XIII, por Guzmán el Bueno, panteón de esta familia hasta nuestros días acoge en su interior obras maestras. Traigo aquí fotos del patio mudéjar, una espléndida Virgen de la Antigua y sobre todo del inmenso retablo de Montañés. Hay cientos de obras que merecen la pena. Esto es sólo para abrir boca.
domingo, 8 de septiembre de 2019
VIVIR ASÍ...
¡Oh pobre Paqui! cómo lloraba voluptuosamente reclinada en el sofá-cama.
Había terminado de recoger la cocina, se había quitado el uniforme y las lágrimas recorrían su lindo rostro de diecinueve años como si de una dolorosa del barroco sevillano se tratase.
El niño que la sorprendió salió precipitadamente lleno de asombro y tristeza.
¿Qué podía hacer sufrir así a la dulce muchacha?
"Siempre me voy a enamorar de quien de mi no se enamora"... a través de las ondas, desde la habitación de servicio, llegaba la voz aflautada y melancólica de Camilo Sesto.
Había terminado de recoger la cocina, se había quitado el uniforme y las lágrimas recorrían su lindo rostro de diecinueve años como si de una dolorosa del barroco sevillano se tratase.
El niño que la sorprendió salió precipitadamente lleno de asombro y tristeza.
¿Qué podía hacer sufrir así a la dulce muchacha?
"Siempre me voy a enamorar de quien de mi no se enamora"... a través de las ondas, desde la habitación de servicio, llegaba la voz aflautada y melancólica de Camilo Sesto.
domingo, 1 de septiembre de 2019
Último día de verano
Dónde están las risas de los niños que juegan en las olas
Dónde la pandillas adolescentes que intercambian corazones
las sombrillas de colores
Donde el señor que lee el periódico
y el olor a bronceador, los gritos de la gente entre la espuma, las infinitas piernas morenas, el negro que vende los pareos y las gafas de sol y relojes baratos.
Donde esta la señora con la sandía y el que disfrutó de los filetes empanados bajo el tenderete, dónde estoy yo, el de la foto con diez kilos menos y mil cien ilusiones por cumplir
Dónde fuiste verano
En la puesta de sol de la playa vacía las gaviotas se ríen de mí melancolía.
Ya llegará otra vez el verano que viene.