Me gustó mucho "la gran apuesta". Aunque no tengo ni idea de la banca y transacciones financieras, el mensaje final es muy claro: como la burbuja inmobiliaria era una gran mentira evidente y como, asombrosamente, sólo unos pocos lo vieron, a pesar de esa evidencia. Por avaricia, necedad e inercia todos se apuntaron al carro y al final llegó el desastre previsible y consecuente.
Pienso en la multitud de casos de burbujas basadas en ficciones y mentiras fácilmente comprobables: Hitler, los nacionalistas catalanes y vascos, el llamado arte contemporáneo, o el actual ascenso de Podemos y sus ¡cinco millones de votantes!
Al final la verdad se impone en todo caso, a veces demasiado tarde, y casi siempre dolorosamente.
sábado, 30 de enero de 2016
martes, 26 de enero de 2016
Paseando por Sevilla
Cuando salgo de la oficina veo esta columna de procedencia romana indudablemente. El típico material de acarreo que se han utilizado godos, moros y cristianos. Hay montones de ellas en estas antiguas casas para proteger las esquinas de los golpes de carros y bestias, hoy coches o motos.
Es de un mármol gris veteado muy bonito y delicadamente acanalada, con esa finura de los tallistas romanos. Si no te fijas pasa desapercibida, pero basta pararse un momento para atisbar la novela que guarda. ¿Pertenecería a un templo o al atrium de una domus? Reposaría sobre ella sus manos la puella soñando con el soldado que se fue a la guerra de las Galias o el mismo Julio Cesar se apoyo en ella cuando estuvo en la Hispalis antigua.
Y aquí unos patios que se abren encantando al que pasea y que os dejo para que los disfrutéis. Muy sevillanos, muy elegantes, muy auténticos.
Esta casa es, quizá, uno de las dos o tres mejores ejemplos de lo que ha sido una casa de patio hispalense. Ya no está habitada. Se llevaron el brocal del pozo y las esculturas romanas que adornaban el patio, pero cada vez que me asomo a la cancela es como si me abismase en el fondo de ese pozo profundo que es el tiempo pasado.
Casa vieja, con el dintel torcido por el paso y el peso del tiempo. Es maravillosa. Todavía no se ha convertido en una tienda de camisetas con frases "divertidas".
lunes, 25 de enero de 2016
Santa María la Blanca
Cuando uno entra en la deliciosa iglesia de Santa María la Blanca se sorprende del exacerbado barroquismo que lo envuelve todo. Estuve el otro día por primera tras las restauración. Está espléndida. Me harté de hacer fotos con mi nuevo móvil. La hojarasca de escayola de los hermanos Borja? Roldán? han quedado tras la limpieza de una carnosidad voluptuosa.
EL Murillo de juventud, (que no se llevó el ladrón del mariscal Soult en la guerra de la independencia. por sucio y oscuro creyendo que no era del maestro) nos muestra un Murillo que ya desde joven es un genio. Es un Murillo tenebrista, aún caravaggiesco, pero muy interesante y realmente impresionante; las caras iluminadas por la luz central, el protagonismo de la blanca mesa, la expectación y asombro de los apóstoles...
Esta piedad de Luis de Vargas luce maravillosamente tras su restauración, muy italiana, muy romana, muy emotiva.
Los lunetos son dos copias de 1970 para suplir los robados por el francés y que hoy están en el Prado. ¿Para cuando una iniciativa que trate de reponerlos a su sitio original? El Prado no perdería mucho con ello y se restañaría una herida en la historia del arte.
Esta pequeña tabla del sagrario es de un seguidor de Morales el Divino, bien pudiera ser un original.
domingo, 17 de enero de 2016
DOMINGO DE PASIÓN
Me he asomado al balcón, en esta mañana de enero, hace mucho frío, al fin.
Me he detenido en mirar a la gente que sale del Salvador, de la novena de Pasión. Hoy es el día grande en la Hermandad. El arzobispo ha celebrado la función principal ante un altar iluminado con decenas de cirios rojos de cera pura.
Desde las diez de la mañana, en una plaza solitaria, han ido entrando en grupo las familias.
Hoy, como siempre, se encontrarán aquí, los de siempre y como siempre notarán la ausencia de los que ya no están.
Abrigos oscuros, bufandas, trajes grises y corbatas sobrias. Nada que ver con Podemos, ni rastas, ni piojos. Es una Sevilla señorial y elegante, de Álvarez Gómez y Chanel, de lustrosos visones y bolsos de cocodrilo.
Por las escaleras bajan dos niñas muy pequeñas, de cuatro o cinco años. Van vestidas iguales. Con unas capas, lazos, zapatos y leotardos grises. Se nota que su madre se ha preocupado esta mañana bien tempranito de que vayan muy arregladas porque es un día importante. El abuelo, las lleva de la mano, ¿o son ellas las que lo llevan a él.? y se le ve orgulloso.
Hace setenta u ochenta años, el mismo bajaba por esos grandes escalones de mármol gastado, de la mano del suyo, y dentro de otros ochenta, esas niñas llevaran a otras asidas de la mano, una fría mañana de enero, tras celebrar el final de la novena de la Hermandad de Pasión.
Y así se va forjando esta cadena invulnerable.
Me he detenido en mirar a la gente que sale del Salvador, de la novena de Pasión. Hoy es el día grande en la Hermandad. El arzobispo ha celebrado la función principal ante un altar iluminado con decenas de cirios rojos de cera pura.
Desde las diez de la mañana, en una plaza solitaria, han ido entrando en grupo las familias.
Hoy, como siempre, se encontrarán aquí, los de siempre y como siempre notarán la ausencia de los que ya no están.
Abrigos oscuros, bufandas, trajes grises y corbatas sobrias. Nada que ver con Podemos, ni rastas, ni piojos. Es una Sevilla señorial y elegante, de Álvarez Gómez y Chanel, de lustrosos visones y bolsos de cocodrilo.
Por las escaleras bajan dos niñas muy pequeñas, de cuatro o cinco años. Van vestidas iguales. Con unas capas, lazos, zapatos y leotardos grises. Se nota que su madre se ha preocupado esta mañana bien tempranito de que vayan muy arregladas porque es un día importante. El abuelo, las lleva de la mano, ¿o son ellas las que lo llevan a él.? y se le ve orgulloso.
Hace setenta u ochenta años, el mismo bajaba por esos grandes escalones de mármol gastado, de la mano del suyo, y dentro de otros ochenta, esas niñas llevaran a otras asidas de la mano, una fría mañana de enero, tras celebrar el final de la novena de la Hermandad de Pasión.
Y así se va forjando esta cadena invulnerable.
martes, 12 de enero de 2016
¡Buenos días!
Cuando camino por la mañana, tempranísimo, al trabajo, me
cruzo con escasas personas, en unas calles tan estrechas y solitarias a esas
horas que se crea una especie de intimidad.
En las ciudades no es costumbre darse los buenos días con
aquel que te cruzas, pero cuando casi te das con el hombro del transeúnte, en
el silencio de los adoquines, da apuro ni mirar siquiera. Parecemos zombis.
Hoy he hecho la prueba. Ha dicho buenos días al pasar. De
cuatro, tres no me han contestado, y una señora, quizá por automatismo me
respondió, sorprendida.
miércoles, 6 de enero de 2016
OLE, OLE Y HOLANDA...
Manolo dice que ha escuchado a los Reyes, el ruido del papel celo, la puerta de la calle, una patada en la puerta... y tiene razón.
Apenas han dormido, llevan desde las cinco y media esperando.
Pilar estaba segura de que había sido muy buena y que le traerían muchos regalos, no como a Darío, un niño de su clase, que es un pegón, un llorón y un quejica, además de un chivato... ah, y que le corta los babis a las niñas con unas tijeras... en fin un elemento.
Yo estoy estrenando este PC flamante desde el que escribo.
Los camellos se han bebido todo el agua que dejamos en la azotea y han volcado el cubo. Además han escarbado en las macetas y lo han puesto todo perdido de tierra. Santiago y Pilar venían espantados gritando por las escaleras... Por supuesto SSMM han sorbido su copita de coñac y han dejado los restos.
No sé quien disfruta más este día.
Pilar, esta Navidad ha dicho que un amigo suyo no cree en los Reyes, y afirma con gran seguridad y condescendencia que vaya tontería, y que se pierde lo mejor.
Verdaderamente que chorrada, los Reyes claro que existen, y sino que se lo digan al tal Darío, que seguro que a pesar de los pesares, estará a estas horas como loco abriendo regalos.
Apenas han dormido, llevan desde las cinco y media esperando.
Pilar estaba segura de que había sido muy buena y que le traerían muchos regalos, no como a Darío, un niño de su clase, que es un pegón, un llorón y un quejica, además de un chivato... ah, y que le corta los babis a las niñas con unas tijeras... en fin un elemento.
Yo estoy estrenando este PC flamante desde el que escribo.
Los camellos se han bebido todo el agua que dejamos en la azotea y han volcado el cubo. Además han escarbado en las macetas y lo han puesto todo perdido de tierra. Santiago y Pilar venían espantados gritando por las escaleras... Por supuesto SSMM han sorbido su copita de coñac y han dejado los restos.
No sé quien disfruta más este día.
Pilar, esta Navidad ha dicho que un amigo suyo no cree en los Reyes, y afirma con gran seguridad y condescendencia que vaya tontería, y que se pierde lo mejor.
Verdaderamente que chorrada, los Reyes claro que existen, y sino que se lo digan al tal Darío, que seguro que a pesar de los pesares, estará a estas horas como loco abriendo regalos.