miércoles, 31 de diciembre de 2014
FELIZ DOS MIL QUINCE
Recuerdo la gran melancolía
que de niño me producía este día
Esto del tiempo es un error tremendo
en el que sin querer estamos dentro
el hecho de estar siempre en espera
culpa fue de la manzana de Eva
un día será todo diferente
conjugaremos los verbos en presente
ni esperar, ni creer
nos conformaremos solo con ser, ser, ser
todo llegará, creyendo espero,
y mientras tengan un feliz Año Nuevo
lunes, 29 de diciembre de 2014
ESTADO DE INOCENCIA
Ayer, día de los Santos Inocentes, mi hijo Manolo cumplió 10 años. Para ser más exacto, 10 años y aproximadamente nueve meses, porque comenzó a vivir cuando mi mujer se quedó embarazada. Esos nueve meses fueron vitales para su existencia, porque mi mujer y yo (realmente sobre todo mi mujer, que es la que decide) pudimos haberlo matado impunemente. No lo hicimos, y la evidencia está a la vista, Manolo el futbolista.
Eso era por el año 2004, y por entonces había determinados límites de fechas y motivos para poder abortar. Poco después se ampliaron unas y otros y se instauró el “derecho” a matar a los niños y niñas en el seno materno, en un grado de progresismo inimaginable en esta sociedad maravillosa que hemos creado entre todos y todas. Hoy siguen estando vigentes esas leyes de progreso gracias a la iniciativa del PSOE y la aquiescencia del PP.
Antes de ayer mismo, fui testigo del alto grado de civilización a que hemos llegado. En la “Gala: Inocente, Inocente”, aparecían dos mujeres fumando. No se podían obviar las imágenes, porque este hecho monstruoso era el desencadenante de la broma de la que era objeto una de ellas. No obstante, para no herir la sensibilidad de los espectadores y espectadoras, tan delicados ellos y ellas, se pixelaban, ¿se dice así? las imágenes de los cigarrillos, de manera que se intuía que estaban “fumando”, perdonen que lo diga tan crudamente, aunque no se veía, eso hubiese sido excesivamente descarnado, el instrumento del delito.
¡Oh, maravilloso estado de derecho español, que permite matar niños en el seno materno y nos impide ver un cigarrillo en televisión, que nos enseña a decir Llirona y A coruña, a los retrógrados hablantes de las comunidades no históricas, y utilizar el correctísimo lenguaje de género para no ofender a los ciudadanos…quiero decir, ciudadanía.
Una última anécdota, a tenor de la pixelación.
Hace años volaba rumbo a Riad. El avión de último modelo tenía pantallas individuales de televisión, donde veíamos una película de James Bond. Pensé, que no estaba todavía muy logrado eso del cine a 4000 metros de altura, pues había demasiadas interferencias y no se veía con claridad. Pronto caí en la cuenta de que no existían tales interferencias. El estado Árabe, para preservar la moral de todos y todas, se cuidaba de pixelar los escotes, piernas y brazos de las chicas, (vestidas, eh) que aparecían en escena.
Bueno, pues el estado español, ya está llegando a los mismos grados de refinamiento y civilidad, que los estados islámicos, con la progresista Arabia Saudí a la cabeza.
Eso era por el año 2004, y por entonces había determinados límites de fechas y motivos para poder abortar. Poco después se ampliaron unas y otros y se instauró el “derecho” a matar a los niños y niñas en el seno materno, en un grado de progresismo inimaginable en esta sociedad maravillosa que hemos creado entre todos y todas. Hoy siguen estando vigentes esas leyes de progreso gracias a la iniciativa del PSOE y la aquiescencia del PP.
Antes de ayer mismo, fui testigo del alto grado de civilización a que hemos llegado. En la “Gala: Inocente, Inocente”, aparecían dos mujeres fumando. No se podían obviar las imágenes, porque este hecho monstruoso era el desencadenante de la broma de la que era objeto una de ellas. No obstante, para no herir la sensibilidad de los espectadores y espectadoras, tan delicados ellos y ellas, se pixelaban, ¿se dice así? las imágenes de los cigarrillos, de manera que se intuía que estaban “fumando”, perdonen que lo diga tan crudamente, aunque no se veía, eso hubiese sido excesivamente descarnado, el instrumento del delito.
¡Oh, maravilloso estado de derecho español, que permite matar niños en el seno materno y nos impide ver un cigarrillo en televisión, que nos enseña a decir Llirona y A coruña, a los retrógrados hablantes de las comunidades no históricas, y utilizar el correctísimo lenguaje de género para no ofender a los ciudadanos…quiero decir, ciudadanía.
Una última anécdota, a tenor de la pixelación.
Hace años volaba rumbo a Riad. El avión de último modelo tenía pantallas individuales de televisión, donde veíamos una película de James Bond. Pensé, que no estaba todavía muy logrado eso del cine a 4000 metros de altura, pues había demasiadas interferencias y no se veía con claridad. Pronto caí en la cuenta de que no existían tales interferencias. El estado Árabe, para preservar la moral de todos y todas, se cuidaba de pixelar los escotes, piernas y brazos de las chicas, (vestidas, eh) que aparecían en escena.
Bueno, pues el estado español, ya está llegando a los mismos grados de refinamiento y civilidad, que los estados islámicos, con la progresista Arabia Saudí a la cabeza.
martes, 23 de diciembre de 2014
FELIZ NAVIDAD 2
(Tuve que pronunciar la semana pasada unas pocas palabras sobre la Navidad. Aquí las dejo)
(Se puede escuchar mientras una villanesca del genial sevillano Francisco Guerrero "Aun niño llorando al yelo")
Y resuenan en nuestra memoria los ecos de las navidades pasadas…
La Navidad es la fiesta de la esperanza pero también la de la melancolía. La Navidad es la fiesta de la infancia, del niño, porque nunca ninguna Navidad será igual que la de aquella ilusión lejana… porque es esa antigua Navidad que llevamos en el último rincón del alma la que fue perfecta, es esa Navidad en la que estaban todos todavía alrededor de las mesas… felices y joviales…
Todo el mundo tiene un recuerdo de la Navidad con el soniquete de la lotería el día que daban las vacaciones… ¡Vacaciones! A la vez que en la cocina ya se trufaba el pavo y hervía el caldo para la Nochebuena, y había un ajetreo luminoso en las casas, y olores sabrosos y cálidos…
Quien no ha sentido la alegría preciosa de abrir las cajas y desenvolver las figuritas de barro y sacar el corcho y el serrín, quien no recuerda ahora el río de papel de plata, y los espumillones y las bolas de cristal
Quien no recuerda el frío de la Misa del Gallo y la bufanda y el abrigo y los guantes, que una madre, siempre atenta, obliga a poner al niño, y el vaho que al salir de la iglesia emitían nuestras bocas al felicitarnos las Pascuas.
Oh, Navidades pasadas, de panderetas y zambomba, de botellas de aguardiente, rin rin, ran ran, hacia Belen va una burra, yo me remendaba yo me remendé, madre a la puerta hay un niño más hermoso que el sol bello, campana sobre campana…
Oh noche de paz, de amor, de fuego y familia, noche jubilosa de la Navidad de un niño que estrena las ilusiones de la vida, que ve estrellas en las luces falsas y correr el río de papel y pastar las ovejas sobre la mesa de pino, sobre la cómoda antigua sobre la que se puso el nacimiento, con las gallinas con las patitas de alambre, y el molino de cartón y la Estrella de Oriente con una larga cola toda de purpurina, brillante como la vida que se espera, como el futuro que se mira sonriente y esplendido como la luz de un cometa…
Oh, blanca Navidad de la ingenuidad intacta, del temor de la noche en que llegan los camellos, y cruzan los balcones, para llenar de oro los pies de nuestra cama, con la muñeca, el oso, los cuentos, las raquetas, los castillos, los cromos, el caballo con ruedas, la bicicleta nueva, la cocinita, el puzle, el tren o la pelota…
Oh, Navidad pasada en la que era Melchor, la mano de mi padre, y Gaspar la caricia de una madre que levanta la colcha y ordena con esmero el embozo arrugado, y besa las mejillas arreboladas del niño emocionado, que sonríe en el sueño, con los ojos cerrados, y que apretó muy fuerte, nervioso ante el ruido para no ver la magia y perder los regalos. Y esa magia, oh, sin duda, ya no se perderá nunca, que la llevamos dentro y aunque sólo en rescoldos, solo con un vaivén de la badila del recuerdo, se prende en una llama, en una hoguera hermosa, de aquello que se fue pero que permanece… cerrad si no los ojos, y volved a los años felices de la infancia, recordad esas noches de pijamas de invierno, descalzos por la casa, los zapatos en orden limpios y relucientes, las copas preparadas, para los labios regios, y abiertos los balcones del corazón que estalla en la dicha de un niño que espera el gran regalo de su futuro intonso…
Yo quiero esos zapatos; que se llenen de nuevo, de ilusión y belleza, de monedas de oro, de esperanza y regalos, porque la vida siempre, nos da un nuevo sentido para seguir andando, una oportunidad, una puerta, una ventana abierta hacia un futuro nuevo, aunque quede ya poco aunque solo sea un año, un mes, sólo unas horas…
Porque nació en belen ahora hace 2000 años, un niño, tierno y dulce, desvalido, desnudo, sin hogar, sin calor, en una noche fría tan sólo acogido por las bestias del campo, una mula y un buey fueron fieles compaña… con su aliento los brutos, su cuerpo calentaron
Oh, qué gran alegría, no me digáis que es triste la Navidad, cómo puede ser triste la noche más hermosa, el nacimiento puro de un niño que nos salva, la curva de María preñada de esperanza en una noche fría…
Oh, no digáis que es triste la noche de diciembre en que comienza el sol a calentar los días y a vencer a las sombras y al terror de la muerte y nos regala el llanto y el arrullo y el canto de una nana de aire cristalino, de candor y pureza, y en que ángeles bajan y con sus alas leves formando remolinos que estallan en el pórtico humilde, llenan de música la noche callada, de luz la tiniebla oscura, de temblores el aura, de misterio el hálito de la madrugada, de plenitud lo inconcluso. Perfecto lo creado, lo que estaba rasgado, con últimas puntadas, se restaña esta noche…
Oh, no digáis que es triste la noche jubilosa en que Dios se hizo hombre, carne como nosotros, barro de nuestro barro, y nos elevó a todos, y nos abrió un futuro que daban por perdidos los hombres desnortados, caídos, avergonzados, porque fueron conscientes de que estaban desnudos,
Desnudo está ahora Dios, encarnado en un niño, su madre, pura y cándida, como una rosa en ciernes, le acaricia en su pecho, lo acoge en su regazo. Mirad como la flor, se recoge en sí misma, y aprieta en su corola el rocío que derrama el Espíritu en la madrugada.
Mirad el arrebol de la aurora que se vislumbra por los cerros lejanos, como se azora ante el color de las mejillas del niño que descansa en el heno, y huye, mirad a las estrellas que palidecen en esta noche fría, ante la corona de ángeles que rodean el atrio, mirad el agua del río que parece turbia cuando en su luna refleja la transparencia pura de la mirada clara de María…
Oh, no digáis que la Navidad es triste, ante tanta belleza, ante tanto fulgor, ante tanta alegría, ante tanta dicha, ante tanto don, ante tanta entrega, ante tal misterio, ante tanta gracia, ante tanto amor…
Cantad a la Navidad, himnos jubilosos, salmos de gozo, aleluyas infinitas… que lo que estaba perdido se ha ganado y todo se haya recogido en la sonrisa mínima de un niño, que ahora yace en un pesebre humilde, en la aldea de Belen.
(Se puede escuchar mientras una villanesca del genial sevillano Francisco Guerrero "Aun niño llorando al yelo")
Y resuenan en nuestra memoria los ecos de las navidades pasadas…
La Navidad es la fiesta de la esperanza pero también la de la melancolía. La Navidad es la fiesta de la infancia, del niño, porque nunca ninguna Navidad será igual que la de aquella ilusión lejana… porque es esa antigua Navidad que llevamos en el último rincón del alma la que fue perfecta, es esa Navidad en la que estaban todos todavía alrededor de las mesas… felices y joviales…
Todo el mundo tiene un recuerdo de la Navidad con el soniquete de la lotería el día que daban las vacaciones… ¡Vacaciones! A la vez que en la cocina ya se trufaba el pavo y hervía el caldo para la Nochebuena, y había un ajetreo luminoso en las casas, y olores sabrosos y cálidos…
Quien no ha sentido la alegría preciosa de abrir las cajas y desenvolver las figuritas de barro y sacar el corcho y el serrín, quien no recuerda ahora el río de papel de plata, y los espumillones y las bolas de cristal
Quien no recuerda el frío de la Misa del Gallo y la bufanda y el abrigo y los guantes, que una madre, siempre atenta, obliga a poner al niño, y el vaho que al salir de la iglesia emitían nuestras bocas al felicitarnos las Pascuas.
Oh, Navidades pasadas, de panderetas y zambomba, de botellas de aguardiente, rin rin, ran ran, hacia Belen va una burra, yo me remendaba yo me remendé, madre a la puerta hay un niño más hermoso que el sol bello, campana sobre campana…
Oh noche de paz, de amor, de fuego y familia, noche jubilosa de la Navidad de un niño que estrena las ilusiones de la vida, que ve estrellas en las luces falsas y correr el río de papel y pastar las ovejas sobre la mesa de pino, sobre la cómoda antigua sobre la que se puso el nacimiento, con las gallinas con las patitas de alambre, y el molino de cartón y la Estrella de Oriente con una larga cola toda de purpurina, brillante como la vida que se espera, como el futuro que se mira sonriente y esplendido como la luz de un cometa…
Oh, blanca Navidad de la ingenuidad intacta, del temor de la noche en que llegan los camellos, y cruzan los balcones, para llenar de oro los pies de nuestra cama, con la muñeca, el oso, los cuentos, las raquetas, los castillos, los cromos, el caballo con ruedas, la bicicleta nueva, la cocinita, el puzle, el tren o la pelota…
Oh, Navidad pasada en la que era Melchor, la mano de mi padre, y Gaspar la caricia de una madre que levanta la colcha y ordena con esmero el embozo arrugado, y besa las mejillas arreboladas del niño emocionado, que sonríe en el sueño, con los ojos cerrados, y que apretó muy fuerte, nervioso ante el ruido para no ver la magia y perder los regalos. Y esa magia, oh, sin duda, ya no se perderá nunca, que la llevamos dentro y aunque sólo en rescoldos, solo con un vaivén de la badila del recuerdo, se prende en una llama, en una hoguera hermosa, de aquello que se fue pero que permanece… cerrad si no los ojos, y volved a los años felices de la infancia, recordad esas noches de pijamas de invierno, descalzos por la casa, los zapatos en orden limpios y relucientes, las copas preparadas, para los labios regios, y abiertos los balcones del corazón que estalla en la dicha de un niño que espera el gran regalo de su futuro intonso…
Yo quiero esos zapatos; que se llenen de nuevo, de ilusión y belleza, de monedas de oro, de esperanza y regalos, porque la vida siempre, nos da un nuevo sentido para seguir andando, una oportunidad, una puerta, una ventana abierta hacia un futuro nuevo, aunque quede ya poco aunque solo sea un año, un mes, sólo unas horas…
Porque nació en belen ahora hace 2000 años, un niño, tierno y dulce, desvalido, desnudo, sin hogar, sin calor, en una noche fría tan sólo acogido por las bestias del campo, una mula y un buey fueron fieles compaña… con su aliento los brutos, su cuerpo calentaron
Oh, qué gran alegría, no me digáis que es triste la Navidad, cómo puede ser triste la noche más hermosa, el nacimiento puro de un niño que nos salva, la curva de María preñada de esperanza en una noche fría…
Oh, no digáis que es triste la noche de diciembre en que comienza el sol a calentar los días y a vencer a las sombras y al terror de la muerte y nos regala el llanto y el arrullo y el canto de una nana de aire cristalino, de candor y pureza, y en que ángeles bajan y con sus alas leves formando remolinos que estallan en el pórtico humilde, llenan de música la noche callada, de luz la tiniebla oscura, de temblores el aura, de misterio el hálito de la madrugada, de plenitud lo inconcluso. Perfecto lo creado, lo que estaba rasgado, con últimas puntadas, se restaña esta noche…
Oh, no digáis que es triste la noche jubilosa en que Dios se hizo hombre, carne como nosotros, barro de nuestro barro, y nos elevó a todos, y nos abrió un futuro que daban por perdidos los hombres desnortados, caídos, avergonzados, porque fueron conscientes de que estaban desnudos,
Desnudo está ahora Dios, encarnado en un niño, su madre, pura y cándida, como una rosa en ciernes, le acaricia en su pecho, lo acoge en su regazo. Mirad como la flor, se recoge en sí misma, y aprieta en su corola el rocío que derrama el Espíritu en la madrugada.
Mirad el arrebol de la aurora que se vislumbra por los cerros lejanos, como se azora ante el color de las mejillas del niño que descansa en el heno, y huye, mirad a las estrellas que palidecen en esta noche fría, ante la corona de ángeles que rodean el atrio, mirad el agua del río que parece turbia cuando en su luna refleja la transparencia pura de la mirada clara de María…
Oh, no digáis que la Navidad es triste, ante tanta belleza, ante tanto fulgor, ante tanta alegría, ante tanta dicha, ante tanto don, ante tanta entrega, ante tal misterio, ante tanta gracia, ante tanto amor…
Cantad a la Navidad, himnos jubilosos, salmos de gozo, aleluyas infinitas… que lo que estaba perdido se ha ganado y todo se haya recogido en la sonrisa mínima de un niño, que ahora yace en un pesebre humilde, en la aldea de Belen.
lunes, 22 de diciembre de 2014
FELIZ NAVIDAD
Fotos hechas ayer con el móvil. Impresionante imágen de la Virgen de la Oliva de Alonso Cano. Iglesia Parroquial de Lebrija. |
Como tuve la fortuna de estar sólo con ella a la misma altura pude admirar detalles tan delicados como el borde de la camisola asomando por el cuello, qué son imposibles de ver desde abajo. |
¡Feliz Navidad! |
jueves, 18 de diciembre de 2014
Coplas tontas para niños listos
NAVIDAD SIGLO XXI
Suena el móvil de María,
es verdad, no puede ser
eso es una tontería
Pero bueno, me da igual
imaginad, por un día
Es Melchor, -¿que donde está
ese dichoso portal?-
Por detrás se oye a Gaspar
-Cuelga que estas conduciendo
y el guardia te va a multar-
¡Ah, por fin una señal
“Hacia el castillo de Herodes”
No reniegues Baltasar
Y tu Gaspar, no me empieces
Anda mira, por favor
lo que dice el GPS
María mirando al niño
sonríe paciente y bella
-Melchor, seguid a la estrella…
que es la más certera guía
y no te fíes tanto de
las nuevas tecnologías…
Siguen su camino, pues
en Camello. Hay caravana
es puente en Jerusalén
¡El censo, lo que faltaba!
Atasco. La gente sale
buscando el fin de semana
¿Le has dado pienso al camello?
¿No? la estación de servicio
está colapsada ¡anda!
en el Kilómetro Diez
hay una estación de Campsa
Por fin vieron el portal
Melchor ahora se hace un selfie
y lo cuelga en Instagram
Oh, el lucero se ha parado
¿Qué ruido es ese? ¿qué pasa?
-No te preocupes, Gaspar
es que me ha sonado el Whats Apps-
-Es Herodes, un mensaje
que tiene mucho interés
y no olvidemos decirle
donde se encuentra ese Rey
si no vamos a palacio
que se le escriba un email
Una pastora se acerca
lleva una oveja, y un queso
se arrodilla ante la cuna
y le da a Jesús un beso
La escena es tan bonita
tan tierna y tan memorable
que un periodista que pasa
lo ha trasmitido por cable
La dueña de la posada
como es la que vive al lado
ha hecho un video, por sorpresa
y ya está en Facebook, colgado
Y el Twitter está que arde
el Hastag #niño Jesús
trending topic de la tarde
¿Qué es lo que ha pasado aquí?
en una hora ha recibido
más de un millón de retwItt
Los tres Reyes se abren paso
como pueden, pobrecillos
¡Los Pastores y pastoras
vayan abriendo un pasillo!
Oh, que hermosura, que encanto
-¡Si el niño está ya criado!-
-¿Que le das, Virgen María?-
-preguntan los Reyes Magos
Y van dejando su ofrenda
y van abriendo sus cofres
y un olor maravilloso
se extiende sobre la noche
Y dirección al portal
¡vaya la cola de coches!
Está todo colapsado
una mula, Dos Caballos…
José, asoma la cabeza
¡Ay Jesús, María y yo!
¿A dónde va tanta gente?
¡Ahora que hacemos, por Dios…!
Mas de pronto otra vez suena
el móvil, otro mensaje
es del ángel: ¡huye, huye
que Herodes es un malage!
-¡María, coge los bártulos
más deprisa que despacio
y vámonos, que nos vamos
que recibí un chivatazo-
Y sin pensárselo más
huyendo se van a Egipto
por la puerta de detrás
En tanto llegó la radio
también las televisiones,
más de cien mil pastorcillos
y los soldados de Herodes
¡Dejen paso a los soldados!
-¡Han huido, han huido!-
Callan las redes sociales
apagón informativo
¡Ay, Jesús, José y María!
el portal ¡está vacío!
Ignacio Trujillo Berraquero. Navidad 2014
Suena el móvil de María,
es verdad, no puede ser
eso es una tontería
Pero bueno, me da igual
imaginad, por un día
Es Melchor, -¿que donde está
ese dichoso portal?-
Por detrás se oye a Gaspar
-Cuelga que estas conduciendo
y el guardia te va a multar-
¡Ah, por fin una señal
“Hacia el castillo de Herodes”
No reniegues Baltasar
Y tu Gaspar, no me empieces
Anda mira, por favor
lo que dice el GPS
María mirando al niño
sonríe paciente y bella
-Melchor, seguid a la estrella…
que es la más certera guía
y no te fíes tanto de
las nuevas tecnologías…
Siguen su camino, pues
en Camello. Hay caravana
es puente en Jerusalén
¡El censo, lo que faltaba!
Atasco. La gente sale
buscando el fin de semana
¿Le has dado pienso al camello?
¿No? la estación de servicio
está colapsada ¡anda!
en el Kilómetro Diez
hay una estación de Campsa
Por fin vieron el portal
Melchor ahora se hace un selfie
y lo cuelga en Instagram
Oh, el lucero se ha parado
¿Qué ruido es ese? ¿qué pasa?
-No te preocupes, Gaspar
es que me ha sonado el Whats Apps-
-Es Herodes, un mensaje
que tiene mucho interés
y no olvidemos decirle
donde se encuentra ese Rey
si no vamos a palacio
que se le escriba un email
Una pastora se acerca
lleva una oveja, y un queso
se arrodilla ante la cuna
y le da a Jesús un beso
La escena es tan bonita
tan tierna y tan memorable
que un periodista que pasa
lo ha trasmitido por cable
La dueña de la posada
como es la que vive al lado
ha hecho un video, por sorpresa
y ya está en Facebook, colgado
Y el Twitter está que arde
el Hastag #niño Jesús
trending topic de la tarde
¿Qué es lo que ha pasado aquí?
en una hora ha recibido
más de un millón de retwItt
Los tres Reyes se abren paso
como pueden, pobrecillos
¡Los Pastores y pastoras
vayan abriendo un pasillo!
Oh, que hermosura, que encanto
-¡Si el niño está ya criado!-
-¿Que le das, Virgen María?-
-preguntan los Reyes Magos
Y van dejando su ofrenda
y van abriendo sus cofres
y un olor maravilloso
se extiende sobre la noche
Y dirección al portal
¡vaya la cola de coches!
Está todo colapsado
una mula, Dos Caballos…
José, asoma la cabeza
¡Ay Jesús, María y yo!
¿A dónde va tanta gente?
¡Ahora que hacemos, por Dios…!
Mas de pronto otra vez suena
el móvil, otro mensaje
es del ángel: ¡huye, huye
que Herodes es un malage!
-¡María, coge los bártulos
más deprisa que despacio
y vámonos, que nos vamos
que recibí un chivatazo-
Y sin pensárselo más
huyendo se van a Egipto
por la puerta de detrás
En tanto llegó la radio
también las televisiones,
más de cien mil pastorcillos
y los soldados de Herodes
¡Dejen paso a los soldados!
-¡Han huido, han huido!-
Callan las redes sociales
apagón informativo
¡Ay, Jesús, José y María!
el portal ¡está vacío!
Ignacio Trujillo Berraquero. Navidad 2014
martes, 16 de diciembre de 2014
DULCE MAÑANA DE ADVIENTO
La mañana que había que poner el nacimiento amaneció accidentada, por no decir, ensangrentada.
Los niños potreaban como cafres, su madre, que siempre está al quite, estaba ocupada en la cocina, y yo medio dormido, en la cama.
Después me enteré que jugaban con un globo, los cinco luchando por él, que volaba entre el gran espejo dorado y el escritorio del salón. ¡Bum-bum! el ruido era estremecedor. No me dio tiempo de levantarme a pegar dos gritos, antes llegó Reyes - ¡Papá, papá, Santi se ha hecho una brecha! ¡Se ha dado contra la rodilla de Ignacio!
No daba crédito ¡ojalá no, ojala no! - me decía, cruzando los dedos. Aún en la cama se acerco el niño llorando, no demasiado, porque no se atrevía, ya que yo reñía enfurecido… ¡lo estaba viendo! ¿Pero qué juegos son esos? Parecéis brutos… no podéis estar solos… y daban ganas de gritar, como en una comedia española ¡¡Paverse matao!! ¡¡Paverse matao!!
Efectivamente, necesitaba puntos…¡oh, vaya, me esperaba una mañana de hospital!
Me vestí, con un mal cuerpo horrible, después me enteré que tenía fiebre, y un humor de perros.
Todo me salía mal, me olvidé el móvil en casa, el periódico en el kiosco, sólo me llevé el absurdo suplemento dominical, y allí me vi, esperando mi turno entre niños llorosos y tosientes, sin nada que leer, ni que hacer.
Por megafonía llaman a uno, acto seguido a mí, el 7454… ¡uf, por fin! Cuando entro, el de antes, que no aparecía, apareció… otra vez a esperar… la falsa alarma me crispó aún más los nervios… me puse a dar vueltas por la sala de espera a grandes pasos, entraba por una puerta y salía por otra. Me decía a mi mismo que me calmara… pero no podía (me tranquilizó, a su vez, el saber, después, que estaba enfermo, no mental, claro, sino con gripe).
Salí a comprar otro periódico, en el ínterin llamaron. Santi el pobre decía que su papá había salido un momento. Por fin entramos. Dos grapas. La enfermera, amabilísima, daba al niño los abrazos que no recibía de su padre, y este contenía las lágrimas, que yo no le dejaba soltar. -Y no se llora, ¿eh? - le conminaba- después de la mañana que me llevas dada…
Al final se comportó como un valiente y yo le daba besos y le cogía la manita, en el coche, de regreso, ya de mejor humor.
Llegamos a casa a la hora de comer. Por la tarde pondríamos el Belén, por la mañana ya lo habían armado ellos solitos…
Los niños potreaban como cafres, su madre, que siempre está al quite, estaba ocupada en la cocina, y yo medio dormido, en la cama.
Después me enteré que jugaban con un globo, los cinco luchando por él, que volaba entre el gran espejo dorado y el escritorio del salón. ¡Bum-bum! el ruido era estremecedor. No me dio tiempo de levantarme a pegar dos gritos, antes llegó Reyes - ¡Papá, papá, Santi se ha hecho una brecha! ¡Se ha dado contra la rodilla de Ignacio!
No daba crédito ¡ojalá no, ojala no! - me decía, cruzando los dedos. Aún en la cama se acerco el niño llorando, no demasiado, porque no se atrevía, ya que yo reñía enfurecido… ¡lo estaba viendo! ¿Pero qué juegos son esos? Parecéis brutos… no podéis estar solos… y daban ganas de gritar, como en una comedia española ¡¡Paverse matao!! ¡¡Paverse matao!!
Efectivamente, necesitaba puntos…¡oh, vaya, me esperaba una mañana de hospital!
Me vestí, con un mal cuerpo horrible, después me enteré que tenía fiebre, y un humor de perros.
Todo me salía mal, me olvidé el móvil en casa, el periódico en el kiosco, sólo me llevé el absurdo suplemento dominical, y allí me vi, esperando mi turno entre niños llorosos y tosientes, sin nada que leer, ni que hacer.
Por megafonía llaman a uno, acto seguido a mí, el 7454… ¡uf, por fin! Cuando entro, el de antes, que no aparecía, apareció… otra vez a esperar… la falsa alarma me crispó aún más los nervios… me puse a dar vueltas por la sala de espera a grandes pasos, entraba por una puerta y salía por otra. Me decía a mi mismo que me calmara… pero no podía (me tranquilizó, a su vez, el saber, después, que estaba enfermo, no mental, claro, sino con gripe).
Salí a comprar otro periódico, en el ínterin llamaron. Santi el pobre decía que su papá había salido un momento. Por fin entramos. Dos grapas. La enfermera, amabilísima, daba al niño los abrazos que no recibía de su padre, y este contenía las lágrimas, que yo no le dejaba soltar. -Y no se llora, ¿eh? - le conminaba- después de la mañana que me llevas dada…
Al final se comportó como un valiente y yo le daba besos y le cogía la manita, en el coche, de regreso, ya de mejor humor.
Llegamos a casa a la hora de comer. Por la tarde pondríamos el Belén, por la mañana ya lo habían armado ellos solitos…
domingo, 14 de diciembre de 2014
UN ENTIERRO DE PRIMERA
Cuando vengo del entierro de Fito, lo hago con una sonrisa.
Entramos todos con el semblante tristísimo, pero el sacerdote, que lo conocía bien, nos hizo reír. Comenzó con unas palabras - Rafael, eres un bicho y el día que naciste caíste de cabeza y… Fito le retó en vida a que no se atrevería a decir esas palabras en su entierro…
Fito era un descreído, volteriano, y simpático hasta decir basta. Socarrón, divertidísimo, y una gran persona, amigo de sus amigos, generoso y cabal…
Soy ateo por la gracia de Dios, dijo el cura que le decía… ¿Me salvaré, padre? en sus largas conversaciones en el despacho del párroco.
Todos nos sonreíamos en la homilía…
Finalmente, su cuerpo fue rociado con agua bendita, rememorando el agua del Bautismo y de la Gracia. No pudo ser con el vino de la botella “Cardenal de Cózar” que el propio párroco guardaba en su despensa, como le había instado fervientemente el fallecido.
Jesús Bigorra leyó un poema, impresionante, donde el escritor hacía balance de su vida. La emoción embargo a todos cuando fue hablando de sus amigos, allí presentes, su mujer y su hija, desconsoladas… y su propia muerte, "...Este escrito, también provisional, / algún día completará, sin duda, / mi personal historia, / allá en diciembre, / en un balance final definitivo".
Arturo Pérez Reverte, no se quiso ir sin unas palabras de despedida, en la que relato algunas anécdotas que lo describían, su carácter y su bonhomía.
Cuando lo conocí, hace años, estuvo hablando durante un buen rato con gran desparpajo, y muy en serio de sus orígenes aristocráticos, de “mamá” y “tía no se qué”, y sus posesiones y grandes latifundios… una amiga pronto me desengañó - no te creas nada- me dijo - ni tiene fincas, ni ancestros tan ilustres ni nada de nada- él es así. Y verdaderamente se inventó una historia divertidísima y asombrosa sobre la marcha.
Me dedicó un poema jocoso, en mi despedida de la Cámara de Comercio, su mujer Natalia, se los pidió para mí. Los guardo con gran estima.
Ha sido un entierro singular, único, como él. Entre lágrimas y risas, empezando por el oficiante. Seguro que le ha gustado.
Fito que ha muerto como vivió, con las botas puestas, amando la vida y las letras, hasta el punto que lo hizo intentando salvar del fuego su querida y valiosa biblioteca.
Tus palabras impresas, y tu vida jocunda siempre estarán ahí, libres del humo y del fuego
Fito, que la tierra te sea leve. Que el Dios, del que dudabas, te haya dado la gran sorpresa de tu vida.
Entramos todos con el semblante tristísimo, pero el sacerdote, que lo conocía bien, nos hizo reír. Comenzó con unas palabras - Rafael, eres un bicho y el día que naciste caíste de cabeza y… Fito le retó en vida a que no se atrevería a decir esas palabras en su entierro…
Fito era un descreído, volteriano, y simpático hasta decir basta. Socarrón, divertidísimo, y una gran persona, amigo de sus amigos, generoso y cabal…
Soy ateo por la gracia de Dios, dijo el cura que le decía… ¿Me salvaré, padre? en sus largas conversaciones en el despacho del párroco.
Todos nos sonreíamos en la homilía…
Finalmente, su cuerpo fue rociado con agua bendita, rememorando el agua del Bautismo y de la Gracia. No pudo ser con el vino de la botella “Cardenal de Cózar” que el propio párroco guardaba en su despensa, como le había instado fervientemente el fallecido.
Jesús Bigorra leyó un poema, impresionante, donde el escritor hacía balance de su vida. La emoción embargo a todos cuando fue hablando de sus amigos, allí presentes, su mujer y su hija, desconsoladas… y su propia muerte, "...Este escrito, también provisional, / algún día completará, sin duda, / mi personal historia, / allá en diciembre, / en un balance final definitivo".
Arturo Pérez Reverte, no se quiso ir sin unas palabras de despedida, en la que relato algunas anécdotas que lo describían, su carácter y su bonhomía.
Cuando lo conocí, hace años, estuvo hablando durante un buen rato con gran desparpajo, y muy en serio de sus orígenes aristocráticos, de “mamá” y “tía no se qué”, y sus posesiones y grandes latifundios… una amiga pronto me desengañó - no te creas nada- me dijo - ni tiene fincas, ni ancestros tan ilustres ni nada de nada- él es así. Y verdaderamente se inventó una historia divertidísima y asombrosa sobre la marcha.
Me dedicó un poema jocoso, en mi despedida de la Cámara de Comercio, su mujer Natalia, se los pidió para mí. Los guardo con gran estima.
Ha sido un entierro singular, único, como él. Entre lágrimas y risas, empezando por el oficiante. Seguro que le ha gustado.
Fito que ha muerto como vivió, con las botas puestas, amando la vida y las letras, hasta el punto que lo hizo intentando salvar del fuego su querida y valiosa biblioteca.
Tus palabras impresas, y tu vida jocunda siempre estarán ahí, libres del humo y del fuego
Fito, que la tierra te sea leve. Que el Dios, del que dudabas, te haya dado la gran sorpresa de tu vida.
jueves, 11 de diciembre de 2014
Bajo el Arco
Era la tarde del día de la Inmaculada. El Centro estaba imposible. La gente había salido en masa a la calle para ver las luces de Navidad, por eso me tuve que desviar con la bicicleta. Venía de recoger a Manolito del Betis (había ganado el Mallorca, creo) él iba relatando la épica del partido, que a mí, ni me va ni me viene, aunque de vez en cuando suelto unos ah, oh, para crear ambiente...
Era ya de noche y hacía un frío que pelaba, ambos con las bufandas, él la verde del equipo, y nos topamos con un coro de campanilleros cantando bajo el Arco del Postigo a la Pura y Limpia.
Sin esperarlo, ni buscarlo (la providencia) fue un momento único. Cuánto me emocionó oír esos villancicos tradicionales, la pandereta de pellejo, las botellas de aguardiente, los cascabeles... aquel frío, aquel humo del puesto de castañas a lo lejos, las luces de colores bajo las que paseaba la gente allá en la Avenida, y aquí, bajo el arquillo único que queda de la ciudad amurallada, la Virgencita, barroca, en su retablito de encaje de oro, a las que tantas generaciones de sevillanos han venerado, y que despedía o recibía al caminante, bajo esa advocación tan nuestra, tan de Sevilla, que ensalzaron Murillo y Vazquez de Leca y Miguel del Cid, y a la que las hermandades juraron defender con su sangre...
Todo eso, que se lleva dentro, surge como un resorte, y casi se me nubló la vista.
Seguía sonando la música profunda, popular, con sabor a madrugadas de pueblo, a auroras del Aljarafe, con olor a mosto, a leña, a pan.
Venga vámonos- me tira Manolito de la mano- que estoy muerto de frío, (como el niño de la canción que viene medio en cueros… pienso yo)
Nos alejamos de allí en la bici y seguían las campanillas, las guitarras... "en el cielo se alquilan balcones para un casamiento"... se perdía cada vez más leve el soniquete antiguo, venerable, inmemorial, que hizo despertar en nosotros ecos de navidades pasadas, desconocidas, no vividas, pero que de algún modo, no sé cómo, hemos heredado y también llevamos dentro.
Era ya de noche y hacía un frío que pelaba, ambos con las bufandas, él la verde del equipo, y nos topamos con un coro de campanilleros cantando bajo el Arco del Postigo a la Pura y Limpia.
Sin esperarlo, ni buscarlo (la providencia) fue un momento único. Cuánto me emocionó oír esos villancicos tradicionales, la pandereta de pellejo, las botellas de aguardiente, los cascabeles... aquel frío, aquel humo del puesto de castañas a lo lejos, las luces de colores bajo las que paseaba la gente allá en la Avenida, y aquí, bajo el arquillo único que queda de la ciudad amurallada, la Virgencita, barroca, en su retablito de encaje de oro, a las que tantas generaciones de sevillanos han venerado, y que despedía o recibía al caminante, bajo esa advocación tan nuestra, tan de Sevilla, que ensalzaron Murillo y Vazquez de Leca y Miguel del Cid, y a la que las hermandades juraron defender con su sangre...
Todo eso, que se lleva dentro, surge como un resorte, y casi se me nubló la vista.
Seguía sonando la música profunda, popular, con sabor a madrugadas de pueblo, a auroras del Aljarafe, con olor a mosto, a leña, a pan.
Venga vámonos- me tira Manolito de la mano- que estoy muerto de frío, (como el niño de la canción que viene medio en cueros… pienso yo)
Nos alejamos de allí en la bici y seguían las campanillas, las guitarras... "en el cielo se alquilan balcones para un casamiento"... se perdía cada vez más leve el soniquete antiguo, venerable, inmemorial, que hizo despertar en nosotros ecos de navidades pasadas, desconocidas, no vividas, pero que de algún modo, no sé cómo, hemos heredado y también llevamos dentro.
martes, 9 de diciembre de 2014
Amor entre las flores o la casualidad
Fuí a comprar el árbol de Navidad. En el vivero, lejísimos, en las afueras de la ciudad, mientras estoy pagando, el jardinero, un rumano o así, flirtea con una chica, mientras yo pago con la tarjeta. Le pide su teléfono para salir a cenar. Ella le sugiere que mejor una cerveza, que está la cosa mu achuchá. Él le responde muy galantemente que no se preocupe, que él invita.
Me voy dandole vueltas a la cabeza mientras conduzco, (el árbol me roza la cara) qué ocurrirá finalmente con este idilio entre las flores y que bien pudiera ser el inicio de una novela.
Cuando llego a casa de mi suegra, a dejar unas macetas, cedo el paso a una joven en la portería, lleva una bolsa con macetas, nos miramos y, oh, nos reconocemos, ella es la chica del vivero.
Estas casualidades, si fueran la clave de una novela, dirían que es mentira.
¡Si, hombre, en una ciudad de un millón de habitantes, te encuentras una chica que no has visto en tu vida en un vivero y media hora después es la vecina del quinto!
Me voy dandole vueltas a la cabeza mientras conduzco, (el árbol me roza la cara) qué ocurrirá finalmente con este idilio entre las flores y que bien pudiera ser el inicio de una novela.
Cuando llego a casa de mi suegra, a dejar unas macetas, cedo el paso a una joven en la portería, lleva una bolsa con macetas, nos miramos y, oh, nos reconocemos, ella es la chica del vivero.
Estas casualidades, si fueran la clave de una novela, dirían que es mentira.
¡Si, hombre, en una ciudad de un millón de habitantes, te encuentras una chica que no has visto en tu vida en un vivero y media hora después es la vecina del quinto!
miércoles, 3 de diciembre de 2014
Domenica prima Adventus
Existe una belleza oculta e íntima, que nos hace felices y sigue manteniendo el encantamiento al que nos tiene sometido.
El domingo por la tarde paseamos por unas calles solitarias y oscuras en las que resonaban nuestros pasos, pues no había un enjambre de turistas siguiendo un paraguas rojo, ni un montón de tiendas abiertas exhibiendo sus baratijas cutres sobre las viejas fachadas, ni veladores con manteles de cuadros y paella fría y sangría caliente…
La ciudad estaba dormida, y nosotros estábamos soñando con ella.
Llegamos a ese patinillo desconocido, donde moría la tarde sobre el empedrado pulido por los pasos perdidos de aquellos que se fueron.
Allí hay una hermandad antigua, secreta, alejada de la fama y el calor de la gente. Es un reducto donde, pocos, siguen las reglas de los siglos.
La Escuela de Cristo, fundada en 1662.
Esta iglesia pequeña está en la trasera de la gran parroquia de Santa Cruz, en un adarve sin salida, en un camino que no conduce a ningún sitio. Allí nos encontramos, era la primera vez que íbamos, una escenografía del pasado, tal como los grabados del XVIII, con doseles, y plumas polvorientas coronándolo, como antes en los túmulos de los Reyes o en los Monumentos desaparecidos del Jueves Santo… Unos altares exponiendo las vajillas de plata labrada, aguamaniles, bandejas, relicarios, elaborados con plata mexicana traída en los galeones, cuando aún el Río Grande era un caudal de oro.
Unos bancos laterales corridos forman un claustro en cuyo centro confesaban sus culpas los antiguos hermanos y fustigaban sus cuerpos en penitencia pública. Hoy ya no, aunque no estén libres de aquellas o necesitados de esta.
El Cristo de Astorga casi preludia esas imágenes decimonónicas que poco después se irán repitiendo hasta la saciedad y que culminan en “la escuela de Olot”, tan pavorosa, tan de cromo, tan de capilla neogótica y colegio de monjas de niñas bien, que ahora ya nos comienzan, incluso, a parecer conmovedoras…
Salimos, bajo los naranjos de invierno, sin fruto ni flor, a la calleja estrecha de silencio y sosiego.
Y, oh sorpresa, unos faroles de hierro forjado en las jambas de un portalón, nos descubrieron una casona antigua que nunca habíamos visto antes, estos secretos que nos regala Sevilla todavía, y que han convertido, salvándola de una ruina casi segura, en un hotel.
Descubrir un palacete oculto nos emociona hasta lo indecible, y como si abriéramos un cofre arcano, entramos en un zaguán solado con piedra de Tarifa, tan sugestiva, tan hermosa, tan propia de las construcciones de antaño, auténticas, como las gradas de la Catedral, como las grandes casas señoriales mudéjares, donde resuenan ecos de caballeros que regresan de las cruzadas o de reconquistar Granada o Antequera… de los pasos silenciosos de los indios desvalidos, traídos de ultramar, con las plumas de quetzal con arreglos de jade y máscaras de obsidiana…Y el patio restaurado conservaba la atmosfera barroca y suntuosa de la Ciudad que fue, cuando se disfrazaba para ocultar un pasado triunfal y suntuoso que desaparecía… los colores ocres, la fuente, el bronce de esculturas tensionadas, las palmeras, las plantas olorosas… los arcos, las pilastras, las cornisas, las rejas… un ambiente profuso, ofuscante, sugerente, recargado...
Poco después entramos en otro nuevo hotel, que ocupa una de las casas más señeras de la ciudad, de una familia genovesa enriquecida con el comercio de Indias, los Pinello. Estaba ruinosa, pero conserva una fachada imponente, a cuyos balcones, dicen que se asomaba Rosina, y era requebrada por el conde Almaviva.
Pero, ay, el patio grande, de doble arcada, ha sido restaurado al minimalista modo, tan blanco, tan moderno, tan limpio, tan aséptico que parece un hospital. Mejor así que en ruinas, pero no se escuchan los ecos de Fígaro, o el clave temperado en el que ensaya su música la dama… sino la megafonía de la sala de espera que llama al cirujano a la mesa de urgencias.
Desde las azoteas se veía la Giralda, y cuando salimos al pie de ella, las casas, sumidas en el silencio de la noche calma, guardaban sus íntimos secretos tras las cortinas cerradas.
Qué paz. Las estrellas, apagadas aun, nos llenaron de gozo, premonición de unas Pascuas que se atisban, jubilosas, desde este primer Domingo de Adviento.
lunes, 1 de diciembre de 2014
FIEBRE DE SÁBADO NOCHE
De pronto estábamos solos… Los tres mayores se quedaron a dormir en casa de mi madre, Santi estaba en el campo en casa de un amigo. Y Pilar… Llamé a mi cuñado y se la encasquetamos...
¡Oh, noche de sábado free!
Sin tener nada previsto leí en el periódico la cartelera. A las ocho “Diplomacia” V.O.S en el Avenida. No había oído hablar de ella, pero con internet me hice una idea. No nos defraudó. Es más me gustó mucho. Es una obra de teatro realmente, que transcurre en un solo escenario, la lujosa habitación de un palacete parisino. Dos grandes actores, uno hace de General alemán y otro de diplomático sueco, luchan, dialécticamente, por salvar o destruir Paris antes de la llegada de los Aliados.
El final ya se sabe, pero París es mucho Paris, y aun estando latente y a veces vislumbrado a través de la ventana, sobrevuela toda la obra y subyuga. Tanto se hubiese perdido si la locura hubiese culminado. Y, esto es lo dramático, pudo haber sido así.
En todo caso la disyuntiva moral no causa demasiada tensión, porque la balanza está tan desequilibrada, que pierde profundidad la tragedia. Incluso, cuando se nos informa de que pueden morir la mujer e hijos del General Nazi si este no obedece la orden, el drama se diluye, porque ante la muerte de un millón y medio de personas y la destrucción de todo París qué respuesta cabe sino el sacrificio.
Más verosímil resulta el fanatismo, que se generalizó, derivado de la obediencia ciega y pervertida al Fuhrer, al honor, a la patria. Sí, puedo imaginarme un psicópata, frío y miserable, asesinando sin remordimientos un millón de judíos o apretando el botón que volará la Ciudad de la Luz, porque obedece ordenes superiores que le eximen de responsabilidad.
Los actores salvan una película, que sin llegar a la excelencia, durante una hora y media, con pocos recursos, tiene al espectador interesado, y, al menos en mi caso, se hace corta.
A la salida del cine era la hora perfecta para el tapeo.
Ojú, con Sevilla, estaba hasta los topes… ¿Quién dijo crisis? Parecía que regalaban las cosas…
En los gastrobares pijo-monos de diseño que están de última no cabía un hipters más…
La Brunilda, super chic, hasta la bola, 16 mesas en espera… Ovejas Negras llena de ellas, enfrente La Mamarracha, (los nombrecitos se las traen) con su poquito de cocina fusión, cocina de autor y una pizca de tradicional con un punto internacional, con la gente prácticamente subida a la barra y llegando al techo con sus copazos balón de tinto wueno, wueno y gin tonics cargados de esencias varias, jengibres, eneldos y demás avíos pertinentes y necesarios…
En fin, tras procelosa travesía de bar en bar, llegamos a puerto en Petit Comité, en la calle Dos de Mayo, pero en la barra de fuera, o sea, que el interior estaba empetado, aunque, eso sí, de caras conocidas…
Allí el huevo de granja sobre lecho de patatas y cebolla poché coronado de foie fresco a la plancha, hizo nuestras delicias, y unas aceitunas modernísimas tan chicas como garbanzos, y la presa ibérica con salsa de no sé qué (pero agridulce, por supuesto) y un vino blanco fresco y aromático en copa de fino cristal, grande como un guardabrisas de un candelabro de cola…
Al final recalamos en la hamburguesería gourmet, como no, de la calle Albareda, porque en el Zelay, justo al lado, parecía que tiraban los platos de tataki de atún rojo de almadraba, o sus famosos risottos templados…
Andandito, calmosamente, llegamos a una casa solitaria, como recién casados, con todas las camas sin deshacer, impolutas… los cuartos vacíos.
¡Qué va! ¡no tuvimos el síndrome del nido vacío, para nada!
A la mañana siguiente nadie nos despertó.
¡Oh, noche de sábado free!
Sin tener nada previsto leí en el periódico la cartelera. A las ocho “Diplomacia” V.O.S en el Avenida. No había oído hablar de ella, pero con internet me hice una idea. No nos defraudó. Es más me gustó mucho. Es una obra de teatro realmente, que transcurre en un solo escenario, la lujosa habitación de un palacete parisino. Dos grandes actores, uno hace de General alemán y otro de diplomático sueco, luchan, dialécticamente, por salvar o destruir Paris antes de la llegada de los Aliados.
El final ya se sabe, pero París es mucho Paris, y aun estando latente y a veces vislumbrado a través de la ventana, sobrevuela toda la obra y subyuga. Tanto se hubiese perdido si la locura hubiese culminado. Y, esto es lo dramático, pudo haber sido así.
En todo caso la disyuntiva moral no causa demasiada tensión, porque la balanza está tan desequilibrada, que pierde profundidad la tragedia. Incluso, cuando se nos informa de que pueden morir la mujer e hijos del General Nazi si este no obedece la orden, el drama se diluye, porque ante la muerte de un millón y medio de personas y la destrucción de todo París qué respuesta cabe sino el sacrificio.
Más verosímil resulta el fanatismo, que se generalizó, derivado de la obediencia ciega y pervertida al Fuhrer, al honor, a la patria. Sí, puedo imaginarme un psicópata, frío y miserable, asesinando sin remordimientos un millón de judíos o apretando el botón que volará la Ciudad de la Luz, porque obedece ordenes superiores que le eximen de responsabilidad.
Los actores salvan una película, que sin llegar a la excelencia, durante una hora y media, con pocos recursos, tiene al espectador interesado, y, al menos en mi caso, se hace corta.
A la salida del cine era la hora perfecta para el tapeo.
Ojú, con Sevilla, estaba hasta los topes… ¿Quién dijo crisis? Parecía que regalaban las cosas…
En los gastrobares pijo-monos de diseño que están de última no cabía un hipters más…
La Brunilda, super chic, hasta la bola, 16 mesas en espera… Ovejas Negras llena de ellas, enfrente La Mamarracha, (los nombrecitos se las traen) con su poquito de cocina fusión, cocina de autor y una pizca de tradicional con un punto internacional, con la gente prácticamente subida a la barra y llegando al techo con sus copazos balón de tinto wueno, wueno y gin tonics cargados de esencias varias, jengibres, eneldos y demás avíos pertinentes y necesarios…
En fin, tras procelosa travesía de bar en bar, llegamos a puerto en Petit Comité, en la calle Dos de Mayo, pero en la barra de fuera, o sea, que el interior estaba empetado, aunque, eso sí, de caras conocidas…
Allí el huevo de granja sobre lecho de patatas y cebolla poché coronado de foie fresco a la plancha, hizo nuestras delicias, y unas aceitunas modernísimas tan chicas como garbanzos, y la presa ibérica con salsa de no sé qué (pero agridulce, por supuesto) y un vino blanco fresco y aromático en copa de fino cristal, grande como un guardabrisas de un candelabro de cola…
Al final recalamos en la hamburguesería gourmet, como no, de la calle Albareda, porque en el Zelay, justo al lado, parecía que tiraban los platos de tataki de atún rojo de almadraba, o sus famosos risottos templados…
Andandito, calmosamente, llegamos a una casa solitaria, como recién casados, con todas las camas sin deshacer, impolutas… los cuartos vacíos.
¡Qué va! ¡no tuvimos el síndrome del nido vacío, para nada!
A la mañana siguiente nadie nos despertó.
miércoles, 26 de noviembre de 2014
SEIS AÑOS SEIS
Hoy Pilar cumple seis años. ¡La pequeña, seis años ya! Seis años bendecidos por su presencia. A pesar de un primer año literalmente desbordados, con Santiago empezando a andar, tres niños con Dodotis, ninguno con uso de razón, varios carritos, todo el día limpiando pañales, niño ten cuidado, no te subas a la mesa, no te metas eso en la boca, una brecha, un hospital, el otro que se tragó la moneda, aquel que se rompió la paleta, el coche, las alzas, los cinturones, el Arrue, el que llora por la noche, el que quiere agua, el que tiene miedo, el que quiere el muñeco de su hermano, el que no come, el que tira la leche, la que espurrea el puré, el Apiretal, la crema del culito, al que le salen los dientes, el Mitosín, los biberones, los potitos, los chupetes, los médicos, las vacunas, las revisiones...
Bueno, pues cuando veo las fotos hasta me invade la añoranza...
Un hijo es un regalo, una bendición, un premio, no por repetido deja de ser verdad.
Un niño es una oportunidad para el mundo, una aventura, un don. Aquí dejo un enlace impactante, admirable sobre el bien que esto supone incluso en las peores circunstancias. Léanlo.
Seis años, ¡ay, seis!
Bueno, pues cuando veo las fotos hasta me invade la añoranza...
Nov. 2008. En el museo mientras Reyes se quedaba con Pilar dándole el pecho en paz |
Pilar hace seis años |
Un hijo es un regalo, una bendición, un premio, no por repetido deja de ser verdad.
Un niño es una oportunidad para el mundo, una aventura, un don. Aquí dejo un enlace impactante, admirable sobre el bien que esto supone incluso en las peores circunstancias. Léanlo.
Seis años, ¡ay, seis!
martes, 25 de noviembre de 2014
Otro martes más...
Las cosas hermosas están ahí, nada más que hay que detenerse y admirarlas, pero no tenemos el sosiego para ello.
Cuando venía hacia la oficina (apresurado cómo no) no tuve más remedio que pararme al ver el otoño en todo su esplendor.
Poco antes, cuando circulaba por la Alameda, la brisa arrastró las hojas caídas, que crepitaron rumorosas bajo la arboleda escuálida, a la vez que se movían sincronizadas, palpitantes, vivas, a pesar de estar muertas.
La rueda de la bici, sobre la alfombra de hojas, crujía y estas me susurraban su secreto: detente y mira, que esta tarde dorada de noviembre está hecha para ti.Ahora, escucho el triple concierto de Beethoven, para violín, violonchelo y piano, una joya, una delicia, cuyo segundo movimiento, y no es una manera de hablar, eleva el alma.
La vida cotidiana puede resultar prosaica, pero a veces, estad atentos, nos salpican deslumbrantes destellos.
lunes, 24 de noviembre de 2014
ENTRE DOS FUEGOS
Con mi paraguas, chispea levemente, voy por la Avenida, casi solitaria, a recoger a dos de mis hijos que vienen del futbol. (Oh, el Betis… qué desastre).
De pronto desde lejos un hombre me mira y lanza un grito estentóreo que me deja pasmado.
Miro a mí alrededor, un paseante a mi lado se sorprende también. Ambos nos damos cuenta de que aquel tipo está pirado.
Pero entonces el que camina junto a mí, se detiene allí, en medio de la calle, coge un fusil imaginario, apunta con gran precisión al tipo en cuestión y dispara con un ¡PUMM! atronador. Mi asombro ya no tuvo límites. Y continua, relatando, ¡valientes panda de gandules! ¡Si me dejaran, en 24 horas había terminado yo con todos!¡con la de armas que yo tengo en mi casa!
¡Glup! ¿pero quién está más loco, este o aquél?
Y qué pinto yo aquí, ¡###! ¡entre dos fuegos!
miércoles, 19 de noviembre de 2014
Ich bin der Welt abhanden gekommen (He abandonado el mundo)
http://www.youtube.com/watch?v=lvDeBrnNsXw
No puedo dejar de compartir esta maravilla. La Mezzo Janet Baker en grabación de 1967. Se trata de una de las cinco canciones de Malher sobre poemas de Rutkert.
Es para escuchar con los ojos cerrados y agarrarse a la silla para no chocarse contra el techo en plena levitación.
He abandonado el mundo
He abandonado el mundo
en el que malgasté mucho tiempo,
hace tanto que no se habla de mí
¡que muy bien pueden creer que he muerto!
Y muy poco me importa
que me crean muerto;
no puedo decir nada en contra
pues ciertamente estoy muerto para el mundo.
¡Estoy muerto para el bullicioso mundo
y reposo en un lugar tranquilo!
¡Vivo solo en mi cielo,
en mi amor, en mi canción!
Por si alguno no entiende el español:
Ich bin der Welt abhanden gekommen
Ich bin der Welt abhanden gekommen,
Mit der ich sonst viele Zeit verdorben,
Sie hat so lange nichts von mir vernommen,
Sie mag wohl glauben, ich sei gestorben!
Es ist mir auch gar nichts daran gelegen,
Ob sie mich für gestorben hält,
Ich kann auch gar nichts sagen dagegen,
Denn wirklich bin ich gestorben der Welt.
Ich bin gestorben dem Weltgetümmel,
Und ruh' in einem stillen Gebiet!
Ich leb' allein in meinem Himmel,
In meinem Lieben, in meinem Lied!
No puedo dejar de compartir esta maravilla. La Mezzo Janet Baker en grabación de 1967. Se trata de una de las cinco canciones de Malher sobre poemas de Rutkert.
Es para escuchar con los ojos cerrados y agarrarse a la silla para no chocarse contra el techo en plena levitación.
He abandonado el mundo
He abandonado el mundo
en el que malgasté mucho tiempo,
hace tanto que no se habla de mí
¡que muy bien pueden creer que he muerto!
Y muy poco me importa
que me crean muerto;
no puedo decir nada en contra
pues ciertamente estoy muerto para el mundo.
¡Estoy muerto para el bullicioso mundo
y reposo en un lugar tranquilo!
¡Vivo solo en mi cielo,
en mi amor, en mi canción!
Por si alguno no entiende el español:
Ich bin der Welt abhanden gekommen
Ich bin der Welt abhanden gekommen,
Mit der ich sonst viele Zeit verdorben,
Sie hat so lange nichts von mir vernommen,
Sie mag wohl glauben, ich sei gestorben!
Es ist mir auch gar nichts daran gelegen,
Ob sie mich für gestorben hält,
Ich kann auch gar nichts sagen dagegen,
Denn wirklich bin ich gestorben der Welt.
Ich bin gestorben dem Weltgetümmel,
Und ruh' in einem stillen Gebiet!
Ich leb' allein in meinem Himmel,
In meinem Lieben, in meinem Lied!
viernes, 14 de noviembre de 2014
Dos grandes dos
Son dos grandes de España, que he podido conocer esta semana. Ayer estuve con Carmen Laffón. Suerte que tuve de encontrarla cuando visitaba su exposición, recomendable absolutamente, en el CAAC. Me la presentaron y pude ver toda la muestra con la compañía de la autora.
El día anterior estuve con Trapiello en la presentación de su libro sobre Sancho, que me llevé firmado.
¿Lo que más me gustó de ambos?
Las vistas del Coto de Doñana a diversas horas y luces del día son maravillosas.
Una gran experiencia
El día anterior estuve con Trapiello en la presentación de su libro sobre Sancho, que me llevé firmado.
Curiosamente los dos artistas se inspiran en Cervantes en sus obras, aquí dejo la foto de la escultura de Laffón que hizo para el Reina Sofía en el 4 centenario del Quijote. La mano que aparece, como si fuera a abrir el libro, es de la propia autora.
La sencillez. Ni uno ni otra van de divo (habiendo alcanzado la cima)
Trapiello es simpatiquísimo y C. Laffón, es retraida, muy delicada, como sus cuadros.Las vistas del Coto de Doñana a diversas horas y luces del día son maravillosas.
miércoles, 12 de noviembre de 2014
Martes noche
Pobre Reyes, llego de la calle y le espeto ¡deja todo y vamos a darnos una vuelta, que está Sevilla esplendida esta noche!
Me mira como se mira al loco. Se aparta un mechón de pelo sobre la cara mientras va partiendo los panes y retira del fuego las salchichas y le pone el vaso de batido de chocolate a Santi y conmina a Reyes para que se meta en el baño y recoge la falda del uniforme que Pilar ha dejado en el suelo..
Salgo de la cocina, enfurruñado, vencido por la rutina.
Poco más tarde, los niños están tranquilos y duchados, los peques en la cama.
¿Salimos ahora?- me dice.
El aire es fresco pero no frío, la calle en calma, la Giralda iluminada, alta y sola, el Archivo de Indias, con su geometría herreriana, perfecto como el instante… un guitarrista toca una canción llena de melancolía, sus notas claras, nítidas, repican en la noche cóncava. Unos paseantes le echan unas monedas. Nuestras sombras juntas se dibujan, a la luz de las farolas, sobre los adoquines.
Media hora después entramos de nuevo en casa. Son poco más de las diez. Una lamparita sobre el escritorio, ilumina, tenuemente, el salón en penumbra. Los niños están dormidos.
Esta noche nos hemos pasado.
¡Hemos echado la casa por la ventana!
Me mira como se mira al loco. Se aparta un mechón de pelo sobre la cara mientras va partiendo los panes y retira del fuego las salchichas y le pone el vaso de batido de chocolate a Santi y conmina a Reyes para que se meta en el baño y recoge la falda del uniforme que Pilar ha dejado en el suelo..
Salgo de la cocina, enfurruñado, vencido por la rutina.
Poco más tarde, los niños están tranquilos y duchados, los peques en la cama.
¿Salimos ahora?- me dice.
El aire es fresco pero no frío, la calle en calma, la Giralda iluminada, alta y sola, el Archivo de Indias, con su geometría herreriana, perfecto como el instante… un guitarrista toca una canción llena de melancolía, sus notas claras, nítidas, repican en la noche cóncava. Unos paseantes le echan unas monedas. Nuestras sombras juntas se dibujan, a la luz de las farolas, sobre los adoquines.
Media hora después entramos de nuevo en casa. Son poco más de las diez. Una lamparita sobre el escritorio, ilumina, tenuemente, el salón en penumbra. Los niños están dormidos.
Esta noche nos hemos pasado.
¡Hemos echado la casa por la ventana!
lunes, 10 de noviembre de 2014
Educar en libertad
Escuchando en el coche las noticias sobre el referéndum de pacotilla, mi hijo Manolo (8 años) exclama: Papá, yo cuando sea mayor no voy a votar porque eso es un rollo y no me interesa. (Realmente sólo le interesa el futbol). Los dos mayores (12 y 13) si denotan mayor entusiasmo y se preguntan a quién votarán.
Yo les respondo que no se preocupen, que ya les diré yo a quien tienen que votar.
Ellos se ríen, como si fuera una broma.
Yo votaré a IU, dice Ignacio desafiante (no sabía yo que él sabía lo que eso significaba).
Por supuesto que sí- digo- libertad ante todo, pero entonces tendrás que salir de esta casa.
Yo les respondo que no se preocupen, que ya les diré yo a quien tienen que votar.
Ellos se ríen, como si fuera una broma.
Yo votaré a IU, dice Ignacio desafiante (no sabía yo que él sabía lo que eso significaba).
Por supuesto que sí- digo- libertad ante todo, pero entonces tendrás que salir de esta casa.
¡Oh, tiempo!
A.R en su entrada de hoy nos va regalando enlaces espléndidos. En uno de ellos leo este verso:
"Cuando crezca
mi hijo, ¿qué haré yo sin el don de su infancia?".
…Lo leo y se me encoje el corazón.
Todos los días cuando están acostados y me paso por sus habitaciones, qué dulzura en el rostro dormido de un niño, que vulnerabilidad la de sus cuerpos desmadejados, lo pienso.
Pilar, la pequeña, va a cumplir seis años, y todavía me pide que le cuente un cuento cuando se va a la cama. Y son tantas las veces que le digo, cansado, hoy no, que es muy tarde, o se lo cuento a regañadientes, porque me pierdo, ¡oh, el telediario, o la estúpida película!...y sin embargo son pocos los instantes que nos quedan y sé positivamnete del vacío que nos quedará después porque
"cuando crezca
mi hijo, ¿qué haré yo sin el don de su infancia?".
"Cuando crezca
mi hijo, ¿qué haré yo sin el don de su infancia?".
…Lo leo y se me encoje el corazón.
Todos los días cuando están acostados y me paso por sus habitaciones, qué dulzura en el rostro dormido de un niño, que vulnerabilidad la de sus cuerpos desmadejados, lo pienso.
Pilar, la pequeña, va a cumplir seis años, y todavía me pide que le cuente un cuento cuando se va a la cama. Y son tantas las veces que le digo, cansado, hoy no, que es muy tarde, o se lo cuento a regañadientes, porque me pierdo, ¡oh, el telediario, o la estúpida película!...y sin embargo son pocos los instantes que nos quedan y sé positivamnete del vacío que nos quedará después porque
"cuando crezca
mi hijo, ¿qué haré yo sin el don de su infancia?".
viernes, 7 de noviembre de 2014
Concierto para violin en Re mayor Op.77
El sólo de violín del concierto de Brahms es tan hermoso que cuando lo escucho me veo de nuevo en mi casa sentado en el sofá del salón, con quince o dieciséis años.
El sol de la tarde de invierno atraviesa las cortinas e incide en los ceniceros de plata y cristal, en el cobre del macetero reluciente, en los marcos con las primeras fotos nuestras “en color”, en los cristales de la vitrina con los abanicos, en el pisapapeles del escritorio y en la taza de café humeante cuya cucharilla lanza destellos.
Qué silencio. En la salita los demás ven la tele: Sesión de tarde. Es sábado. Cierro el libro que dejo señalado con el dedo, cierro también los ojo y me arrellano entre los almohadones hasta que se extingue la última nota, deliciosa, delgadísima, de la cuerda de un violín que está a punto de romper, como yo, a llorar…
El disco de microsurco suena con una pureza prístina en los altavoces Pioneer de alta fidelidad de mi padre.
Silencio…
Escucho el sonido brusco, inconfundible del brazo de la aguja que se levanta del plato y vuelve a su sitio. El círculo negro y brillante gira unos segundos hasta que se para.
Abro los ojos de nuevo.
He levantarme a poner la Cara B.
El sol de la tarde de invierno atraviesa las cortinas e incide en los ceniceros de plata y cristal, en el cobre del macetero reluciente, en los marcos con las primeras fotos nuestras “en color”, en los cristales de la vitrina con los abanicos, en el pisapapeles del escritorio y en la taza de café humeante cuya cucharilla lanza destellos.
Qué silencio. En la salita los demás ven la tele: Sesión de tarde. Es sábado. Cierro el libro que dejo señalado con el dedo, cierro también los ojo y me arrellano entre los almohadones hasta que se extingue la última nota, deliciosa, delgadísima, de la cuerda de un violín que está a punto de romper, como yo, a llorar…
El disco de microsurco suena con una pureza prístina en los altavoces Pioneer de alta fidelidad de mi padre.
Silencio…
Escucho el sonido brusco, inconfundible del brazo de la aguja que se levanta del plato y vuelve a su sitio. El círculo negro y brillante gira unos segundos hasta que se para.
Abro los ojos de nuevo.
He levantarme a poner la Cara B.
lunes, 3 de noviembre de 2014
Aunque podemos, no debemos.
En una sociedad en la que se ha perdido el sentido moral, empezando por el sentido de la vida, (como muestras la legalización del aborto y la eutanasia, la equiparación de personas y animales, Excalibur), es comprensible que la corrupción campe a sus anchas. Al lado de aquello, robar dinero público es una insignificancia, siempre que no me cojan.
Es ahí donde está el quid, la impunidad. El hombre moral se rige por su conciencia lo vea o no la sociedad. Cuando el criterio moral falla, o no existe, la sociedad se corrompe de pleno, porque Quis custodiet ipsos custodes?
Se necesita una regeneración ética que cale en las conciencias.
Lo desalentador es que la sociedad, en tiempos de crísis, en lugar de regenerarse desde dentro del sistema, prefiere su autodestrucción, como ha ocurrido tantas veces en la historia, y ahí tenemos a Podemos, como surgieron los totalitarismos extremos tras la Gran Guerra, Nazis y comunistas, como surge Le Pen y sus secuaces en Francia…
Aunque podemos, no debemos romper el sistema, si lo hacemos lo lamentaremos largamente.
Es ahí donde está el quid, la impunidad. El hombre moral se rige por su conciencia lo vea o no la sociedad. Cuando el criterio moral falla, o no existe, la sociedad se corrompe de pleno, porque Quis custodiet ipsos custodes?
Se necesita una regeneración ética que cale en las conciencias.
Lo desalentador es que la sociedad, en tiempos de crísis, en lugar de regenerarse desde dentro del sistema, prefiere su autodestrucción, como ha ocurrido tantas veces en la historia, y ahí tenemos a Podemos, como surgieron los totalitarismos extremos tras la Gran Guerra, Nazis y comunistas, como surge Le Pen y sus secuaces en Francia…
Aunque podemos, no debemos romper el sistema, si lo hacemos lo lamentaremos largamente.
domingo, 2 de noviembre de 2014
MARRUECOS, TAN LEJOS, TAN CERCA...
Tánger y su Tetuán son fascinantes.
Marruecos es otro mundo.
Sólo a tres horas de Sevilla, más cerca que Madrid. Menos de dos horas hasta Tarifa y cuarenta minutos el ferry del Estrecho.
Y se entra en una cultura distinta y exótica. Tan cerca... tan lejos.
Pasear por Tánger es hacerlo por una España de hace años. Todo está igual…es la sensación de que el tiempo se ha detenido, como en el cuento de la bella durmiente… las casas, las tiendas, los cines, los portales, las calles…
Esos pequeños comercios de ultramarinos de maderas y botes y latas y productos ordenados hasta el techo, y el mostrador y los sacos con legumbres… y las frutas… y las especias…
Los edificios art decó y racionalistas, intactos…los suelos de mármol, los azulejos, las barandillas de las escaleras de madera, los ascensores antiguos, las rejas, los portajes… todo es original. Cierto que muy descuidado pero no han sido objeto de las reformas horteras de los edificios españoles, cuando no la mera destrucción, y no han sido sustituidos por porcelanosas y mármoles brillantes, ni plástico, o metacrilato, ni azulejos baratos de cuarto de baño…
En Tetuán entré en un cine y despertó en mi sensaciones perdidas…no me acordaba ya de esos grandes locales que atisbé aun cuando era pequeño, antes de la llegada de los multicines, con sus lámparas, sus terciopelos, sus espejos, los tablones con las fotos de los momentos más interesantes en el vestíbulo o en la calle, donde los niños cuando salíamos nos agrupábamos y decíamos ah, esto es cuando ...y esto... y esto ... con su “ambigú” con una vieja que vende chocolatinas y caramelos y garrapiñadas y mirindas y toblerones y coca colas...con su gigantesca pantalla, con su olor a ambientador, con acomodadores y linternas.... En Sevilla han desaparecido… ya no me acordaba, pero cuando entré en ese “Cine Español” volví a los 7 u 8 años, a las pipas, a Tarzán y a los buenos que acaban con los indios al son del séptimo de caballería y el ruido de los aplausos del público emocionado...
Un buen fotógrafo disfrutaría enormemente; con un buen ojo, se puede lograr transmitir esa fascinación, esa autenticidad, ese ambiente inefable, esas sensaciones, esos colores, esa diferencia, ese asombro…
Yo con mi móvil y mis limitaciones no puedo sino intentar reflejar, como una leve imagen en un espejo empañado, esa brillante realidad.
viernes, 24 de octubre de 2014
Home sweet home.
He estado tres días lejos de casa, cuando regreso, mi hijo Santiago al que normalmente tengo que atrapar con un lazo para que me de un beso, me abraza y se queda un rato pegado a mí mientras hablo por teléfono. Impagable.
viernes, 17 de octubre de 2014
Siempre corriendo...o la educación de la Virgen y la de mis hijos.
Llevar a Santi a un cumpleaños, recoger a Manolo del Conservatorio, llevarlo a su vez a casa de su abuela para que se quede con su madre. Todo ello en bici, con la guitarra incorporada...
A las siete y cuarto recoger a Santi del cumple. Tengo un rato, que aprovecharé para ir a la exposición del "nacimiento" de Velázquez y escuchar una interesante ponencia del simposium.
De actualizar este blog, con mi viaje a Granada, Amería y Extremadura...nada de nada.
Acabo de regresar. Tenía especial interés en la ponencia de Jaime García- Máiquez, ya que le conozco de (buenas) referencias, así como su poesía y la de su joven y provocador amigo Fernando López de Artieta.
Cuando llegué, Carmen Garrido, del Prado disertaba sobre la Inmaculada de Focus. Yo tenía el tiempo justo. Santi, acababa el a cumpleaños a las siete y cuarto y Jaime, exponía de seis y media a siete. Si lo hubiese hecho a posta no me hubiese salido tan exacto. La celebración era justo al lado del simposio, en la Alameda, ¡a 30 segundos en bici! y mi señora esposa me mandó llevar al niño sin saber nada de mi interés por Velázquez y sus misterios... Feliz casualidad. Pero la ponente se explayaba y no concluía. Eso sí, era muy interesante. JGM comenzó a menos veinte o así y a y doce había terminado,(lo bueno breve...) y a y cuarto estaba yo, como un reloj, recogiendo a mi hijo.
La ponencia amenísima, el tema apasionante, para mí desconocido, los calcos sobre los que Velázquez, como otros pintores, se basaba para algunas de sus pinturas... asombrosas las diapositivas de Felipe III, como un clon en varios cuadros aunque con diversos ropajes... o de Sor Jerónima de la Fuente y la sutil, pero evidente diferencia entre el original, de más calidad, y las "copias". La técnica velazqueña vista con rayos infrarrojos y ultravioletas, sus esbozos, arrepentimientos, sus líneas maestras... Para seguir allí toda la tarde y haber estado durante todo el simposio que ha sido de altura.
Me hubiese gustado saludar al conferenciante al final, y darle la enhorabuena, pero tuve que salir pitando.
Antes de entrar en el simposio vi, apresuradamente, el cuadro objeto de toda esta exposición. Antes escribí, el nacimiento, fruto de mis prisas terribles, se trata, y lo sabía, del tema de la Educación de la Virgen.
Se ha discutido si es o no de Velázquez. Creo que es Jonathan Brown, nada menos, quien dice que no.
Yo me pregunto, sin embargo, ¿que si no quien fue?
Es decir la obra no es una falsificación, es sevillana, del XVII, con pigmentos y técnicas de la pintura hispalense de la época, con una preparación de "barro sevillano" propia de Velazquez y otros en ese tiempo y este lugar. Todo esto según los técnicos y análisis de última generación. Cuando uno se enfrenta al cuadro ve claramente un "Velazquez", si se quiere un mal Velazquez, muy deteriorado y muy restaurado, pero con toda la impronta del maestro. Es, valga la comparación, como cuando uno ve una "mala" película de Woody Allen, que en todo caso está por encima de la media.
Vale que no sea un Velázquez. Pero entonces de quien es. No existía ningún pintor sevillano de la época que pintase así ¿Alguien iba a copiar el estilo del pintor cuando era un jovencísimo artista, todavía no famoso? Creo que no. Si se niega su autoría hay que responder a estas preguntas y dar una alternativa.
A las siete y cuarto recoger a Santi del cumple. Tengo un rato, que aprovecharé para ir a la exposición del "nacimiento" de Velázquez y escuchar una interesante ponencia del simposium.
De actualizar este blog, con mi viaje a Granada, Amería y Extremadura...nada de nada.
Acabo de regresar. Tenía especial interés en la ponencia de Jaime García- Máiquez, ya que le conozco de (buenas) referencias, así como su poesía y la de su joven y provocador amigo Fernando López de Artieta.
Cuando llegué, Carmen Garrido, del Prado disertaba sobre la Inmaculada de Focus. Yo tenía el tiempo justo. Santi, acababa el a cumpleaños a las siete y cuarto y Jaime, exponía de seis y media a siete. Si lo hubiese hecho a posta no me hubiese salido tan exacto. La celebración era justo al lado del simposio, en la Alameda, ¡a 30 segundos en bici! y mi señora esposa me mandó llevar al niño sin saber nada de mi interés por Velázquez y sus misterios... Feliz casualidad. Pero la ponente se explayaba y no concluía. Eso sí, era muy interesante. JGM comenzó a menos veinte o así y a y doce había terminado,(lo bueno breve...) y a y cuarto estaba yo, como un reloj, recogiendo a mi hijo.
La ponencia amenísima, el tema apasionante, para mí desconocido, los calcos sobre los que Velázquez, como otros pintores, se basaba para algunas de sus pinturas... asombrosas las diapositivas de Felipe III, como un clon en varios cuadros aunque con diversos ropajes... o de Sor Jerónima de la Fuente y la sutil, pero evidente diferencia entre el original, de más calidad, y las "copias". La técnica velazqueña vista con rayos infrarrojos y ultravioletas, sus esbozos, arrepentimientos, sus líneas maestras... Para seguir allí toda la tarde y haber estado durante todo el simposio que ha sido de altura.
Me hubiese gustado saludar al conferenciante al final, y darle la enhorabuena, pero tuve que salir pitando.
Antes de entrar en el simposio vi, apresuradamente, el cuadro objeto de toda esta exposición. Antes escribí, el nacimiento, fruto de mis prisas terribles, se trata, y lo sabía, del tema de la Educación de la Virgen.
Se ha discutido si es o no de Velázquez. Creo que es Jonathan Brown, nada menos, quien dice que no.
Yo me pregunto, sin embargo, ¿que si no quien fue?
Es decir la obra no es una falsificación, es sevillana, del XVII, con pigmentos y técnicas de la pintura hispalense de la época, con una preparación de "barro sevillano" propia de Velazquez y otros en ese tiempo y este lugar. Todo esto según los técnicos y análisis de última generación. Cuando uno se enfrenta al cuadro ve claramente un "Velazquez", si se quiere un mal Velazquez, muy deteriorado y muy restaurado, pero con toda la impronta del maestro. Es, valga la comparación, como cuando uno ve una "mala" película de Woody Allen, que en todo caso está por encima de la media.
Vale que no sea un Velázquez. Pero entonces de quien es. No existía ningún pintor sevillano de la época que pintase así ¿Alguien iba a copiar el estilo del pintor cuando era un jovencísimo artista, todavía no famoso? Creo que no. Si se niega su autoría hay que responder a estas preguntas y dar una alternativa.
lunes, 6 de octubre de 2014
Cuarenta siglos nos contemplan
Es impresionante entrar en un dolmen donde hace 4500 años depositaron nuestros antepasados a sus difuntos. Ayer fuimos con los niños de excursión, no a las Pirámides de Egipto ni a Stonehenge, sino a Valencina de la Concepción, donde hay más de 60 dólmenes localizados en el subsuelo.No tuvimos más que coger el coche y hacer un trayecto de 8 km.
Era una sociedad organizada, y tan humanos como nosotros. Algunos llegaron a medir 1,77 m, y su configuración anatómica era como la nuestra.
En la vitrina del museo estaba expuesto el cráneo de un niño muerto a los siete años, con los dientes de leche junto a los definitivos, algunos todavía dentro de las encías...
Esa calavera estuvo animada por un alma, y se unirá de nuevo a ella, no sabemos cuándo… y fue hijo de alguien, miembro de una familia, y le llorarían cuando murió tan pequeño, porque aunque entonces la mortalidad infantil era altísima, era un niño, tanto como los nuestros ahora. Impresiona ver una persona que fue, que sintió, que tuvo las ilusiones y la ingenuidad de cualquier niño, allí expuesto bajo el cristal.
En esta foto una enorme piedra con unas oquedades, cuyo significado se ignora, pero, qué duda cabe, algo significaría, si no habrían puesto otra. Pasamos sobre ella con nuestros zapatos deportivos, los niños corriendo en tropel.
De vez en cuando para crear ambiente alguien gritaba y todos pegaban un respingo. Al salir de la oscuridad viciada a la fresca y luminosa mañana parpadeábamos y volvíamos al siglo XXI.
Los dólmenes se ubican en sitios privilegiados, simbólicos, altos, y la luz entra en el solsticio e ilumina la cámara desde la puerta. En el mismo sitio, por su posición perfecta, se ubican hoy las grandes antenas y repetidores para captar las ondas de radio y TV. Justo a pocos metros del dolmen, en esta foto:
La crisis ha tenido su lado positivo, en esta imagen vemos los cerros sobrios, simples, áridos, solitarios, bajo los cuales se halla el dolmen de Montelirio, el más valioso de los encontrados, con todo su ajuar intacto y todavía no visitable, y allí, justo a la derecha, donde se pierde la línea del horizonte con la gran ciudad, sobre esos olivares pobres, y esas lomas terrosas y resecas, y esos eucaliptos difuminados en la lejanía, allí se iba a construir un gran centro comercial, una urbanización de adosados, "un complejo lúdico" y en su centro, iba a quedar, ¡por supuesto iba a ser respetado!, el dolmen prehistórico entre coches, autovías, bares, cines, ikeas, carrefules y decahtlones...
Prefiero los simples collados...
Lo pasamos muy bien, los niños también disfrutaron. Mi hija Reyes iba desganada, ¡Papá, que rollo eso que vamos a ver! - decía.
De vuelta en el coche, mientras colgaba las fotos en "istagram", les pregunté ¿qué tal, ha sido un rollo? Que va, papá…¡Chulísimo!
Bueno, poquito a poco le vamos quitando el pelo de la dehesa…
Sobre la Vega del Guadalquivir se asentaron las poblaciones primitivas, casi a la vera del mar, que entonces, pásmense, llegaba Coria del Rio, donde desembocaba el Guadalquivir, que entonces se llamaría sabe Dios como, pero que algún nombre tendría... En esta foto estoy encima del dolmen de La Pastora, descubierto en 1880. Y se ve a lo lejos la Ciudad debajo y los Alcores al fondo, todo era entonces marisma y agua... Por eso se establecieron en la cornisa alta del Aljarafe.
Entramos en el corredor de 43 metros, el más largo de Europa, para desembocar en la cámara mortuoria, con una falsa cúpula de aproximación de hiladas, pequeña, casi no cabíamos el grupo, que no podía ser mayor de diez. Íbamos solos, con una linterna que el guía, que se quedó en la puerta nos dejó, y caminamos por el pasillo oscuro, agachados, con un fuerte olor a humedad, tocando las paredes de lascas de pizarras que habían construido minuciosamente aquellos pueblos remotos.
Pisamos las mismas grandes piedras que ellos pisaron cuando llevaron los cadáveres de esos personajes importantes del pueblo y sus familiares, que depositaban en posición fetal en el suelo, como una vuelta al útero, traspasando el umbral hacia la otra vida, rodeados de su ajuar, collares, idolillos, peines de marfil, hachas, flechas pulidas, vasijas...Era una sociedad organizada, y tan humanos como nosotros. Algunos llegaron a medir 1,77 m, y su configuración anatómica era como la nuestra.
En la vitrina del museo estaba expuesto el cráneo de un niño muerto a los siete años, con los dientes de leche junto a los definitivos, algunos todavía dentro de las encías...
Esa calavera estuvo animada por un alma, y se unirá de nuevo a ella, no sabemos cuándo… y fue hijo de alguien, miembro de una familia, y le llorarían cuando murió tan pequeño, porque aunque entonces la mortalidad infantil era altísima, era un niño, tanto como los nuestros ahora. Impresiona ver una persona que fue, que sintió, que tuvo las ilusiones y la ingenuidad de cualquier niño, allí expuesto bajo el cristal.
En esta foto una enorme piedra con unas oquedades, cuyo significado se ignora, pero, qué duda cabe, algo significaría, si no habrían puesto otra. Pasamos sobre ella con nuestros zapatos deportivos, los niños corriendo en tropel.
De vez en cuando para crear ambiente alguien gritaba y todos pegaban un respingo. Al salir de la oscuridad viciada a la fresca y luminosa mañana parpadeábamos y volvíamos al siglo XXI.
Los dólmenes se ubican en sitios privilegiados, simbólicos, altos, y la luz entra en el solsticio e ilumina la cámara desde la puerta. En el mismo sitio, por su posición perfecta, se ubican hoy las grandes antenas y repetidores para captar las ondas de radio y TV. Justo a pocos metros del dolmen, en esta foto:
La crisis ha tenido su lado positivo, en esta imagen vemos los cerros sobrios, simples, áridos, solitarios, bajo los cuales se halla el dolmen de Montelirio, el más valioso de los encontrados, con todo su ajuar intacto y todavía no visitable, y allí, justo a la derecha, donde se pierde la línea del horizonte con la gran ciudad, sobre esos olivares pobres, y esas lomas terrosas y resecas, y esos eucaliptos difuminados en la lejanía, allí se iba a construir un gran centro comercial, una urbanización de adosados, "un complejo lúdico" y en su centro, iba a quedar, ¡por supuesto iba a ser respetado!, el dolmen prehistórico entre coches, autovías, bares, cines, ikeas, carrefules y decahtlones...
Prefiero los simples collados...
Lo pasamos muy bien, los niños también disfrutaron. Mi hija Reyes iba desganada, ¡Papá, que rollo eso que vamos a ver! - decía.
De vuelta en el coche, mientras colgaba las fotos en "istagram", les pregunté ¿qué tal, ha sido un rollo? Que va, papá…¡Chulísimo!
Bueno, poquito a poco le vamos quitando el pelo de la dehesa…
jueves, 25 de septiembre de 2014
TRÁGICA PARADOJA
En la prensa de hoy:
La Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado a 35 años de cárcel y al pago de una indemnización de 299.351,51 euros por dos delitos de asesinato a Sara L.H., la mujer de Pilas acusada de matar a dos bebés suyos que en noviembre de 2012 fueron hallados por su ya exmarido en sendos congeladores de la vivienda familiar, unos hechos que califica de «extraordinariamente graves».
Y la gente se escandaliza horrorizada porque fueron asesinados nada más nacer.
Si los hubiese matado tres meses antes hubiese sido aplaudida por esta misma sociedad “progresista” que ahora la condena.
Si un día antes, alegando una enfermedad “extremadamente grave”, podría haberlo realizado impunemente, de acuerdo con los “derechos” otorgados a la mujer en la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo.
Y en la sentencia se afirma: En ambos casos, la acusada actuó sin que los bebés tuvieran «posibilidad de defensa».
¿Me pregunto qué posibilidad de defensa tiene un feto de 14, 22 o 40 semanas?
La Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado a 35 años de cárcel y al pago de una indemnización de 299.351,51 euros por dos delitos de asesinato a Sara L.H., la mujer de Pilas acusada de matar a dos bebés suyos que en noviembre de 2012 fueron hallados por su ya exmarido en sendos congeladores de la vivienda familiar, unos hechos que califica de «extraordinariamente graves».
Y la gente se escandaliza horrorizada porque fueron asesinados nada más nacer.
Si los hubiese matado tres meses antes hubiese sido aplaudida por esta misma sociedad “progresista” que ahora la condena.
Si un día antes, alegando una enfermedad “extremadamente grave”, podría haberlo realizado impunemente, de acuerdo con los “derechos” otorgados a la mujer en la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo.
Y en la sentencia se afirma: En ambos casos, la acusada actuó sin que los bebés tuvieran «posibilidad de defensa».
¿Me pregunto qué posibilidad de defensa tiene un feto de 14, 22 o 40 semanas?
miércoles, 24 de septiembre de 2014
CON EL MIO QUE NO CUENTEN
En los asépticos ordenamientos jurídicos occidentales siempre se impone la razón al corazón. Siempre vence la frialdad frente a la pasión. Excepto en el caso del aborto.
Frente al hecho, indubitable, de dar muerte a un feto que se dirige inexorablemente a la vida plena, se imponen las razones sentimentales de las circunstancias de la madre, que pueden ser muy duras en muchos casos, en otros puede que no, y se cercena esta vida todavía dependiente.
Nuestra sociedad, a la vista está, justifica estas muertes, considerando otros valores como superiores. En estos casos la libertad de la mujer (y además sólo de la mujer, nunca se tiene en consideración al procreador necesario) es mucho más evidente que la vida del feto que no se ve. (Realmente, ahora sí se ve).
Es más fácil compadecer a la mujer que se conoce frente al anónimo ser que lleva en sus entrañas y que en definitiva nunca llegará a tener nombre.
Las diversas sociedades y culturas, a lo largo de la historia ha cometido muchas equivocaciones y los ordenamientos jurídicos han admitido muchos hechos que hoy nos parecen aberrantes.
El uxoricidio hasta hace bien poco era considerado una consecuencia lógica de un flagrante adulterio. Incluso esos crímenes pasionales, (hoy llamados violencia de género) eran objeto de atenuantes. El derecho al honor del hombre sólo se limpiaba con sangre. La sociedad “justificaba”, es más “exigía” en ocasiones, esa “reparación”.
El hecho de matar a la esposa adúltera hoy nos parece una aberración e incluso, al tratarse de violencia contra la mujer, es hoy objeto de agravante, justo lo contrario de los códigos punitivos de antaño.
El hecho era entonces, y ahora, el mismo: una barbaridad.
Sin embargo, esa cierta “legitimidad” del hombre que reparaba su honor nunca llegó tan lejos como para considerarlo como un “derecho”.
En nuestra legislación actual el aborto, cuya ilicitud, antes era paliada por las circunstancias atenuantes que cada dramático caso podía conllevar, ha pasado a ser un “derecho”.
Hoy en nuestra sociedad occidental, heredera de los principios del derecho romano, de la lógica de la ilustración, de la primacía de la razón sobre la ofuscación que producen los sentimientos, han primado estos sobre aquella. Nos vamos acercando otras culturas, cuyos ordenamientos jurídicos están regidos por otros principios generales del derecho. Este grave retroceso será, quizá, consecuencia inevitable de la globalización. Espero que no lleguemos de nuevo al ojo por ojo y diente por diente.
La sociedad puede estar equivocada, de hecho está equivocada, y el político indigno se deja llevar por el vaivén de una opinión pública que viene y va a lo largo de la historia, en busca del voto y prescindiendo de los principios.
Con el mío que no cuenten.
Frente al hecho, indubitable, de dar muerte a un feto que se dirige inexorablemente a la vida plena, se imponen las razones sentimentales de las circunstancias de la madre, que pueden ser muy duras en muchos casos, en otros puede que no, y se cercena esta vida todavía dependiente.
Nuestra sociedad, a la vista está, justifica estas muertes, considerando otros valores como superiores. En estos casos la libertad de la mujer (y además sólo de la mujer, nunca se tiene en consideración al procreador necesario) es mucho más evidente que la vida del feto que no se ve. (Realmente, ahora sí se ve).
Es más fácil compadecer a la mujer que se conoce frente al anónimo ser que lleva en sus entrañas y que en definitiva nunca llegará a tener nombre.
Las diversas sociedades y culturas, a lo largo de la historia ha cometido muchas equivocaciones y los ordenamientos jurídicos han admitido muchos hechos que hoy nos parecen aberrantes.
El uxoricidio hasta hace bien poco era considerado una consecuencia lógica de un flagrante adulterio. Incluso esos crímenes pasionales, (hoy llamados violencia de género) eran objeto de atenuantes. El derecho al honor del hombre sólo se limpiaba con sangre. La sociedad “justificaba”, es más “exigía” en ocasiones, esa “reparación”.
El hecho de matar a la esposa adúltera hoy nos parece una aberración e incluso, al tratarse de violencia contra la mujer, es hoy objeto de agravante, justo lo contrario de los códigos punitivos de antaño.
El hecho era entonces, y ahora, el mismo: una barbaridad.
Sin embargo, esa cierta “legitimidad” del hombre que reparaba su honor nunca llegó tan lejos como para considerarlo como un “derecho”.
En nuestra legislación actual el aborto, cuya ilicitud, antes era paliada por las circunstancias atenuantes que cada dramático caso podía conllevar, ha pasado a ser un “derecho”.
Hoy en nuestra sociedad occidental, heredera de los principios del derecho romano, de la lógica de la ilustración, de la primacía de la razón sobre la ofuscación que producen los sentimientos, han primado estos sobre aquella. Nos vamos acercando otras culturas, cuyos ordenamientos jurídicos están regidos por otros principios generales del derecho. Este grave retroceso será, quizá, consecuencia inevitable de la globalización. Espero que no lleguemos de nuevo al ojo por ojo y diente por diente.
La sociedad puede estar equivocada, de hecho está equivocada, y el político indigno se deja llevar por el vaivén de una opinión pública que viene y va a lo largo de la historia, en busca del voto y prescindiendo de los principios.
Con el mío que no cuenten.
martes, 23 de septiembre de 2014
Los Cuarenta en los cuarenta.
Nada más evocador que la música.
Tengo puesto de fondo canciones ochenteras en el ordenador. Se van desgranando y con ellas los recuerdos. Ni yo en aquella época era (ni ahora) un aficionado a la música actual. No tenía (ni tengo) ni idea de los grupos, ni de las canciones de moda, ni nada parecido…yo seguía con mi Mozart o Beethoven o escuchaba los nocturnos de Chopin o las arias de ópera de los discos de mi padre una y otra vez, hasta que me las sabía de memoria, mientras leía. Pero claro, eso era en mi casa. Después cuando salía me invadía la música del momento, en los bares, las fiestas, la playa, los coches de los amigos…
Y ahora cuando las escucho vuelvo, con gran nitidez, con una fuerza arrolladora a aquella época, porque, quizá muchas de esas canciones pegadizas no las oía casi desde entonces.
Suena la Chica de ayer, y veo a mi amigo SJ, hoy prestigioso abogado del estado, felizmente casado, con familia numerosa, intentando convencerme de las bondades de la música de Nacha Pop, mientras toca una guitarra imaginaria, y se contorsiona imitándolos, mi ca-ca-ca-cabeza da vueltas persiguiendote… canta emocionado, ante mi pasmo e impasibilidad, ya que me parece un soniquete trivial, y sin embargo ahora, ¡ay! ahora ¡quien me lo iba a decir! me conmueve y me emociona hasta lo indecible, y me congratulo de que aquellos muchachos de primero de derecho sigamos teniendo una profunda amistad, cuando Nacha Pop es ya puro olvido…
Y a continuación Alaska hace resonar sus mil campanas… Y recuerdo a dos chicas guapísimas, de Madrid, hermanas, de ojos verdes inolvidables, con las que coincidimos en un viaje a París…con diecisiete años, aunque ellas eran mayores ¡…19 y 20! y, supermodernas, llevaban la cinta recién estrenada, que se repetía en el autobús una y otra vez…
Y la verdad es que cuando las oigo, suenan mil campanas y vuelvo de nuevo a pasear por los Campos Elíseos.
Me doy cuenta, que esa música, ni la de antes ni la de después, buena o mala, da igual, será para siempre nuestra música, como para mis padres fué el Duo Dinámico o Renato Carosone y para mis sobrinos Curro y Fernando, con mi edad de entonces, será la que hoy suena en los Cuarenta...
Tengo puesto de fondo canciones ochenteras en el ordenador. Se van desgranando y con ellas los recuerdos. Ni yo en aquella época era (ni ahora) un aficionado a la música actual. No tenía (ni tengo) ni idea de los grupos, ni de las canciones de moda, ni nada parecido…yo seguía con mi Mozart o Beethoven o escuchaba los nocturnos de Chopin o las arias de ópera de los discos de mi padre una y otra vez, hasta que me las sabía de memoria, mientras leía. Pero claro, eso era en mi casa. Después cuando salía me invadía la música del momento, en los bares, las fiestas, la playa, los coches de los amigos…
Y ahora cuando las escucho vuelvo, con gran nitidez, con una fuerza arrolladora a aquella época, porque, quizá muchas de esas canciones pegadizas no las oía casi desde entonces.
Suena la Chica de ayer, y veo a mi amigo SJ, hoy prestigioso abogado del estado, felizmente casado, con familia numerosa, intentando convencerme de las bondades de la música de Nacha Pop, mientras toca una guitarra imaginaria, y se contorsiona imitándolos, mi ca-ca-ca-cabeza da vueltas persiguiendote… canta emocionado, ante mi pasmo e impasibilidad, ya que me parece un soniquete trivial, y sin embargo ahora, ¡ay! ahora ¡quien me lo iba a decir! me conmueve y me emociona hasta lo indecible, y me congratulo de que aquellos muchachos de primero de derecho sigamos teniendo una profunda amistad, cuando Nacha Pop es ya puro olvido…
Y a continuación Alaska hace resonar sus mil campanas… Y recuerdo a dos chicas guapísimas, de Madrid, hermanas, de ojos verdes inolvidables, con las que coincidimos en un viaje a París…con diecisiete años, aunque ellas eran mayores ¡…19 y 20! y, supermodernas, llevaban la cinta recién estrenada, que se repetía en el autobús una y otra vez…
Y la verdad es que cuando las oigo, suenan mil campanas y vuelvo de nuevo a pasear por los Campos Elíseos.
Me doy cuenta, que esa música, ni la de antes ni la de después, buena o mala, da igual, será para siempre nuestra música, como para mis padres fué el Duo Dinámico o Renato Carosone y para mis sobrinos Curro y Fernando, con mi edad de entonces, será la que hoy suena en los Cuarenta...
viernes, 19 de septiembre de 2014
¡Sigue, entonces, tu rumbo de amor. Eres poeta.!
Ayer estuve en la presentación del libro de Lutgardo García Díaz, que ha sido premiado en la última edición de Adonais. Aforo completo. Muchos de pie, yo entre ellos. Pero mereció la pena.
Lutgardo, médico, es joven, pero un poeta mayor, un gran poeta.
Leyó varios poemas de su primer libro, “La viña perdida”. Además leyó bien, muy bien, lo que no suele ser frecuente, incluso entre los poetas. Versos claros, sinceros y emocionantes.
Homenajeó a Aquilino Duque, allí presente, del que se considera discípulo. Gran maestro, del que leyó un poema ¿Pascua? sobre la lluvia y la sierra… magnífico.
Aquí dejo uno de los que recitó, sobre su hijo y el cielo, y un enlace del titulado “amor”, que es espléndido. El comienzo es para grabarlo en mármol, es un poema en sí mismo: “las cosas van pasando, más me pasan contigo…”
Se oirá hablar mucho de él. Sin duda.
Mi hijo pregunta por el cielo
Ya no habrá el dolor de nuestros huesos
maltrechos de vivir, de andar rodando
entre las escombreras de los días.
No tendremos la angustia de la duda
No tendremos temblor de cicatrices
ni la lluvia calando nuestras horas
cuando ladran los canes del insomnio.
No tendremos la angustia de la duda,
ni habremos de ensayar las despedidas
pues todo será encuentros y retornos
por los caminos lentos del desierto.
Me preguntas que cómo será el cielo,
si allí seremos niños,
o tendremos bastón y pelo blanco,
si habrá hamburguesas, globos y peceras…
Allí no tendrás miedo a las noches,
porque habrá sol – será siempre verano-,
y tendrás un balón, y esta piscina,
y tu mano en el hueco de mi mano
Concluyó con el poema de Rubén Darío dedicado a Juan Ramón. No podemos sino decir con él ¡sigue tu rumbo, poeta!
¿Tienes, joven amigo, ceñida la coraza
para empezar, valiente, la divina pelea?
¿Has visto si resiste el metal de tu idea
la furia del mandoble y el peso de la maza?
¿Te sientes con la sangre de la celeste raza
que vida con los números pitagóricos crea?
¿Y, como el fuerte Herakles al león de Nemea,
a los sangrientos tigres del mal darías caza?
¿Te enternece el azul de una noche tranquila?
¿Escuchas pensativo el sonar de la esquila
cuando el Angelus dice el alma de la tarde?...
¿Tu corazón las voces ocultas interpreta?
Sigue, entonces, tu rumbo de amor. Eres poeta.
La belleza te cubra de luz y Dios te guarde
miércoles, 17 de septiembre de 2014
...y a soplar
¿De la grandeza del Imperio qué se hizo?
¡Pues nada, hijos, nada. Vosotros vuestro petroleo, vuestras falditas, vuestras gaitas...!
¡Pues nada, hijos, nada. Vosotros vuestro petroleo, vuestras falditas, vuestras gaitas...!
jueves, 11 de septiembre de 2014
11 S: Yo también soy catalán
Hoy celebran en Cataluña una fiesta inventada, en la que sus creadores, los nacionalistas, peligrosos y perversos, tergiversan la historia impúdicamente y mienten de forma descarada con el fin de que un montón de gente que no conoce, ni quiere conocer, más historia que la que le cuenten, se lo crea.
Resulta que, a principios del Siglo XVIII, un abogado español, Rafael Casanova, lucha por que reine en España un rey de la Casa de Austria y se atrinchera en Barcelona, luchando con uñas y dientes, hasta que es vencido por otras tropas, también españolas, pero partidarias de un rey de la Casa de Borbón, que finalmente venció y reinó.
Los efectos jurídicos que ello supuso lo pueden encontrar los interesados en los sesudos libros de Historia del Derecho y derecho foral español, que yo ya estudié, con gran entusiasmo, en primer curso de carrera.
Este señor Casanova, fue indultado, y vivió pacíficamente en su ciudad, Barcelona, un montón de años más, ejerciendo la abogacía, hasta que murió tranquilamente en su cama, siendo un pacífico y respetado anciano de 83 años, reinando en España Su Católica Majestad el Rey Felipe V, Conde de Barcelona y Señor de Vizcaya, cuyo sucesor reina hoy bajo el nombre de Felipe VI, Conde de Barcelona y Señor de Vizcaya.
Nada de independencia, ni de nación catalana, impensable para este jurista español.
Curiosamente sus descendientes siguen viviendo en España felices y contentos. Pilar Casanova es varias veces Grande de España y ostenta varios títulos de Castilla. Mi amigo Javier está casado con su hija Sol y su hijos, puedo confirmarlo, hablan perfectamente español con un acento entre andaluz y madrileño, pero nada catalán.
lunes, 8 de septiembre de 2014
La maja de Goya
El sábado leía el periódico en un velador, con une cerveza fresquita, mientras los niños jugaban alrededor, pero la joven que había en la mesa de al lado, sola también, no me dejaba concentrarme en los sesudos artículos de opinión. Estuvo más de un cuarto de hora hablando por el móvil. Por lo visto, oído, se dedicaba a cantar en espectáculos nocturnos. Llevaba unas gafas de sol que la delataban.
Entre muchos “tío” “tía” y alguna que otra palabrota, y un deje así como arrastrado, iba soltando perlas:
Yo es que lo mismo te canto por Madonna, que por Shakira… que si quieres voz de negra, te saco a Whitney Houston, porque tengo una voz muy versátil, sabes.. La verdad, tía, es que tengo alma de vedette.
…Y allí estaba yo, tumbada al estilo maja desnuda, sobre el escenario, estiraba la pierna en ángulo recto y todo ello cantando y sin mover el diafragma, tía, no sabes lo difícil que es eso.. les di una bofetada sin mano a los gogós…
En fin, profesiones hay muchas, pero tan originales y acrobáticas… vedettes, gogós…
Tras tan larga escucha debo confesar que soy un tipo bastante aburrido y convencional...
Entre muchos “tío” “tía” y alguna que otra palabrota, y un deje así como arrastrado, iba soltando perlas:
Yo es que lo mismo te canto por Madonna, que por Shakira… que si quieres voz de negra, te saco a Whitney Houston, porque tengo una voz muy versátil, sabes.. La verdad, tía, es que tengo alma de vedette.
…Y allí estaba yo, tumbada al estilo maja desnuda, sobre el escenario, estiraba la pierna en ángulo recto y todo ello cantando y sin mover el diafragma, tía, no sabes lo difícil que es eso.. les di una bofetada sin mano a los gogós…
En fin, profesiones hay muchas, pero tan originales y acrobáticas… vedettes, gogós…
Tras tan larga escucha debo confesar que soy un tipo bastante aburrido y convencional...
miércoles, 3 de septiembre de 2014
Retorno a Benagila
Ayer regresé a Benagila
Cuando vuelvo a este cortijo andaluz en pleno campo llano, rodeado de trigo, de olivos, de horizontes extensos, de nubes sobre los surcos de la sementera, de terrones y polvo, de pinos, de eucaliptos, de galgos, de sol, es como si volviera a tener 18 años…
Benagila es un cortijo antiguo y blanco que desde hace siglos se renueva cada verano con las espigas rubias, cada otoño con las aceitunas prietas del aceite de Minerva.
Seguramente ya las prensarían los romanos, como muestran las toscas piezas de columnas con las que han tropezado los arados y que se hallan colocadas junto a las paredes del gran patio empedrado. Sería lugar de acequias frescas y aljibe, donde descansaban los moros. Había allí una ermita, hoy integrada en el caserío, simple, de piedra y ojiva, encalada. La torre es del XVIII y la capilla de la casa principal, con sus balconcitos para escuchar la misa desde arriba, su bóveda pintada al fresco y su retablo polvoriento, de enroscada madera oscura, con un gran lienzo de la Natividad, húmedo y descolorido...
Cuando doblo la curva en lontananza, apenas elevado, al final de un camino de tierra, se alza bello de luz y cal. Con su gran arcada de entrada, con unos azulejos muy viejos, con letras azules, en los que pone una fecha, y el nombre de la Hacienda; y la torre ancha, cuadrada, con su tejado y su mirador con arcos geminados desde donde se divisa el inmenso llano, el puro campo recio, sobrio, seco, de color gris, ocre, que lo rodea y se difumina en polvo y luz en sus confines.
Ayer volví de nuevo a allí.
Y como siempre, al doblar la curva se me llena el pecho de recuerdos y risas, los ecos de la juventud pasada que resuenan aún entre sus gruesos muros viejos. Atisbos de ojos azules, niñas rubias… baños en la alberca, partidas de cartas, largas caminatas por el sendero…
Ayer volví a Benagila... Después de tantos años, aún conserva para mi, toda la emoción de ayer.