Me llama mi amigo G. para requerirme el Currículo para presentarme en una conferencia que imparto la semana que viene.
No hay nada más chocante que estar en una mesa escuchando una retahíla sobre los “méritos” de uno que, con razón, no interesan a nadie. ¿Qué cara ha de ponerse mientras? A mí me dan ganas de levantarme y gritar, déjense de rollo y vamos al lío…
Me advierte de que si no, el presentador, se va a limitar a decir que soy el padre de mis cinco hijos.
La respuesta va de suyo y sale del tirón: eso me basta, esos son mis grandes títulos, inmerecidos además, y el resto, evidentemente, sobra.
jueves, 29 de mayo de 2014
lunes, 26 de mayo de 2014
LA MACARENA
La cola salía de la Iglesia del Sagrario, daba la vuelta por las gradas, hacía un quiebro en la puerta del Perdón, giraba por Matacanónicos y llegaba hasta el pie de la Giralda.
¿Cuánto tiempo tardaban en llegar? ¿Dos horas?
Más de dos horas a pie quieto, para estar un instante ante la Macarena y rozar sus manos con un beso.
¿Es eso lógico, es eso racional? ¿No es una exageración, un desbordamiento desproporcionado?
Hay que ver para comprender.
Ayer entré en la Iglesia y allí estaba la Virgen espléndida y llena de Gracia. Delante del altar barroco de Roldán. Y doy fe del milagro. La gente llegaba tras esa larga espera y la mirada de la Esperanza les compensaba de todo, el instante se hacía eterno y borraba lo demás. Gente de toda clase, edad y condición, niños, viejos, chavales, sanos, enfermos, hombres, mujeres…
Era emocionante ver las lágrimas en la cara de la gente enfrentados a la Esperanza.
¡Tras la espera, la Esperanza! ¡Ay, quien me hilvana eso con los hilos cartesianos de la razón pura, de la razón práctica!
¡Que no, Señores, que el corazón tiene razones, que la razón no entiende…!
Y ahí está la Macarena, espléndida, guapa, sublime. Fuerte como la torre de David, hermosa como la torre de marfil, Casa de oro y Vaso insigne de devoción, Estrella de la mañana y Salud de los enfermos y Auxilio de los cristianos y, y, y…
Yo lo vi ayer en el Sagrario de la Catedral, a la que fue Sagrario y Templo del Espíritu esperando en el templo al pueblo de Sevilla.
No hay palabras, no hay razones, pero si una respuesta rotunda y sonora en el gozoso latido, unánime, de los corazones.
El que quiera oír que oiga…
¿Cuánto tiempo tardaban en llegar? ¿Dos horas?
Más de dos horas a pie quieto, para estar un instante ante la Macarena y rozar sus manos con un beso.
¿Es eso lógico, es eso racional? ¿No es una exageración, un desbordamiento desproporcionado?
Hay que ver para comprender.
Ayer entré en la Iglesia y allí estaba la Virgen espléndida y llena de Gracia. Delante del altar barroco de Roldán. Y doy fe del milagro. La gente llegaba tras esa larga espera y la mirada de la Esperanza les compensaba de todo, el instante se hacía eterno y borraba lo demás. Gente de toda clase, edad y condición, niños, viejos, chavales, sanos, enfermos, hombres, mujeres…
Era emocionante ver las lágrimas en la cara de la gente enfrentados a la Esperanza.
¡Tras la espera, la Esperanza! ¡Ay, quien me hilvana eso con los hilos cartesianos de la razón pura, de la razón práctica!
¡Que no, Señores, que el corazón tiene razones, que la razón no entiende…!
Y ahí está la Macarena, espléndida, guapa, sublime. Fuerte como la torre de David, hermosa como la torre de marfil, Casa de oro y Vaso insigne de devoción, Estrella de la mañana y Salud de los enfermos y Auxilio de los cristianos y, y, y…
Yo lo vi ayer en el Sagrario de la Catedral, a la que fue Sagrario y Templo del Espíritu esperando en el templo al pueblo de Sevilla.
No hay palabras, no hay razones, pero si una respuesta rotunda y sonora en el gozoso latido, unánime, de los corazones.
El que quiera oír que oiga…
Foto ABC |
jueves, 22 de mayo de 2014
martes, 20 de mayo de 2014
ABORTO Y PP
Me subleva la cobardía de los políticos del PP cuando se habla del aborto. Las medias tintas, la tibieza.
O se está en contra o a favor. Que lo digan, pero que no mareen la perdiz.
Se equivocan. Oponiéndose al aborto abiertamente no perderán votos, los ganarán. Es lo que se espera de ellos. No quieren hablar claro porque creen que esa masa informe de tibios, que se imaginan en un hipotético centro, se van asustar y no los van a votar. Si existiere, que lo dudo, son pocos y además de entre ellos, si su ligereza moral les permite aplaudir el “derecho” al aborto (repugna escribirlo) que es el derecho a matar criaturas (seres humanos o no humanos, me la trae al fresco cómo quiera calificárseles) en el seno materno, seguramente la bonanza económica que se avizora, suplirá con creces en importancia esas digresiones éticas futiles.
Mi cabreo llega a su límite cuando, lo he visto por dos veces en los últimos debates, puestos en la tesitura de tener que responder al tema, y no pudiendo evadirse abiertamente, utilizan el estúpido subterfugio de hablar de las menores de 16 años y "el permiso paterno", y se rasgan las vestiduras alegando que eso …¡¡es una barbaridad!! Y salen del paso. ¡Se puede ser más estulto!
Cómo si lo importante estuviera en la formalidad de la autorización. Eso es mirar el dedo que señala la luna. ¡Qué más da que el niño muera con o sin permiso del abuelo materno! ¡Lo importante es la vida, estúpidos!
Con ese argumento las matanzas de judíos por los nazis estarían legitimadas siempre que se hicieren cumpliendo con todos los trámites burocráticos.
¡Vaya tropa!
O se está en contra o a favor. Que lo digan, pero que no mareen la perdiz.
Se equivocan. Oponiéndose al aborto abiertamente no perderán votos, los ganarán. Es lo que se espera de ellos. No quieren hablar claro porque creen que esa masa informe de tibios, que se imaginan en un hipotético centro, se van asustar y no los van a votar. Si existiere, que lo dudo, son pocos y además de entre ellos, si su ligereza moral les permite aplaudir el “derecho” al aborto (repugna escribirlo) que es el derecho a matar criaturas (seres humanos o no humanos, me la trae al fresco cómo quiera calificárseles) en el seno materno, seguramente la bonanza económica que se avizora, suplirá con creces en importancia esas digresiones éticas futiles.
Mi cabreo llega a su límite cuando, lo he visto por dos veces en los últimos debates, puestos en la tesitura de tener que responder al tema, y no pudiendo evadirse abiertamente, utilizan el estúpido subterfugio de hablar de las menores de 16 años y "el permiso paterno", y se rasgan las vestiduras alegando que eso …¡¡es una barbaridad!! Y salen del paso. ¡Se puede ser más estulto!
Cómo si lo importante estuviera en la formalidad de la autorización. Eso es mirar el dedo que señala la luna. ¡Qué más da que el niño muera con o sin permiso del abuelo materno! ¡Lo importante es la vida, estúpidos!
Con ese argumento las matanzas de judíos por los nazis estarían legitimadas siempre que se hicieren cumpliendo con todos los trámites burocráticos.
¡Vaya tropa!
lunes, 19 de mayo de 2014
LA PRIMERA COMUNIÓN O EL HÁLITO DEL CANDOR
La primera comunión de un hijo es una celebración verdaderamente emocionante.
Soy consciente de que mi hijo comienza a formar parte de una larga cadena, de una “traditio” que se inició en el cenáculo hace dos mil años, y de la que pasa a ser, por ahora, su último eslabón.
Esta comunión eterna y misteriosa nos hace fuertes y nos salva.
No me preocupa mucho su futuro, aunque yo ya no esté, si siguen tomando el alimento que hoy reciben por primera vez.
La alabanza y agradecimiento salen solos.
Por la mañana, Manolito, se mete en mi cama temprano, su madre ya está con los preparativos. Le alecciono
- hoy es un día estupendo, vas a hacer lo más importante…
Sí, papá- responde encantado-lo más importante, porque lo segundo más importante es…
¡el Betis!
No quise seguir por ese camino...¿A quién salen los hijos? ¡A mí que el futbol no me entusiasma nada!
La ceremonia es emotiva. Todos en fila de dos en dos entrando tan arregladitos. Los cantos, las peticiones que hacen los niños con sus voces agudas a través del micro, el tartamudeo, el leve nerviosismo. Los padres tan ufanos. Y los abuelos… ¡ ah, los abuelos, como disfrutan!
En el banco de atrás una abuela veía a su nieto leer un salmo
-pero mira qué bonito está- decía.
Y era el tono, que no se puede transcribir, lo que encogía el alma…
y continuaba al oído de su hijo, ahora un hombretón de 1’90m,
- todavía tengo tu chaquetita, guardada en el armario, hijo, está impecable-
Y era ese tono…
Al final los niños cantan a la Virgen una oración en la que se ofrecen todo a Ella.
Vueltos de espaldas se le ven las corvas, delgadas y frágiles, entre los pantalones grises y los altos calcetines azules, los zapatos relucientes… Elevan las manos un instante, como entregándole algo, y sobresalen en los puños de las camisas nuevas, relucientes, los gemelos que estrenan y les han regalado, seguramente sus abuelos, con las iniciales grabadas -Para que te acuerdes siempre- les habrán dicho- de este día y de nosotros… y que guardará la madre en los cajones donde está el escapulario con la fecha del nacimiento, los pendientes de perlitas de las niñas, la medalla del ángel de la guarda que colgó sobre la cuna, o la concha de plata del bautizo… Y esos gemelos, se lo volverán a poner dentro de muchos años, cuando ya sean hombres y todo haya cambiado.
Ahora son niños, que hacen por primera vez su comunión, y ese candor, esa pureza sencilla e íntima del ser que apenas se ha abierto a la vida, la ingenuidad fragilísima y primigenia, leve, del hombre que todavía no ha sido expulsado del paraíso, lo invade todo, lo trae el aire con el olor de las flores de mayo que adornan el altar.
Todos lo hemos sentido.
Todos nos hemos trasladado, aunque por un instante a otro tiempo, más exactamente, hemos escapado del tiempo.
Está claro, para un padre ¡ay, para un padre! la primera comunión de un hijo, es un momento inefable, único, inolvidable.
La primera comunión de un hijo es una celebración verdaderamente emocionante.
Soy consciente de que mi hijo comienza a formar parte de una larga cadena, de una “traditio” que se inició en el cenáculo hace dos mil años, y de la que pasa a ser, por ahora, su último eslabón.
Esta comunión eterna y misteriosa nos hace fuertes y nos salva.
No me preocupa mucho su futuro, aunque yo ya no esté, si siguen tomando el alimento que hoy reciben por primera vez.
La alabanza y agradecimiento salen solos.
Por la mañana, Manolito, se mete en mi cama temprano, su madre ya está con los preparativos. Le alecciono
- hoy es un día estupendo, vas a hacer lo más importante…
Sí, papá- responde encantado-lo más importante, porque lo segundo más importante es…
¡el Betis!
No quise seguir por ese camino...¿A quién salen los hijos? ¡A mí que el futbol no me entusiasma nada!
La ceremonia es emotiva. Todos en fila de dos en dos entrando tan arregladitos. Los cantos, las peticiones que hacen los niños con sus voces agudas a través del micro, el tartamudeo, el leve nerviosismo. Los padres tan ufanos. Y los abuelos… ¡ ah, los abuelos, como disfrutan!
En el banco de atrás una abuela veía a su nieto leer un salmo
-pero mira qué bonito está- decía.
Y era el tono, que no se puede transcribir, lo que encogía el alma…
y continuaba al oído de su hijo, ahora un hombretón de 1’90m,
- todavía tengo tu chaquetita, guardada en el armario, hijo, está impecable-
Y era ese tono…
Al final los niños cantan a la Virgen una oración en la que se ofrecen todo a Ella.
Vueltos de espaldas se le ven las corvas, delgadas y frágiles, entre los pantalones grises y los altos calcetines azules, los zapatos relucientes… Elevan las manos un instante, como entregándole algo, y sobresalen en los puños de las camisas nuevas, relucientes, los gemelos que estrenan y les han regalado, seguramente sus abuelos, con las iniciales grabadas -Para que te acuerdes siempre- les habrán dicho- de este día y de nosotros… y que guardará la madre en los cajones donde está el escapulario con la fecha del nacimiento, los pendientes de perlitas de las niñas, la medalla del ángel de la guarda que colgó sobre la cuna, o la concha de plata del bautizo… Y esos gemelos, se lo volverán a poner dentro de muchos años, cuando ya sean hombres y todo haya cambiado.
Ahora son niños, que hacen por primera vez su comunión, y ese candor, esa pureza sencilla e íntima del ser que apenas se ha abierto a la vida, la ingenuidad fragilísima y primigenia, leve, del hombre que todavía no ha sido expulsado del paraíso, lo invade todo, lo trae el aire con el olor de las flores de mayo que adornan el altar.
Todos lo hemos sentido.
Todos nos hemos trasladado, aunque por un instante a otro tiempo, más exactamente, hemos escapado del tiempo.
Está claro, para un padre ¡ay, para un padre! la primera comunión de un hijo, es un momento inefable, único, inolvidable.
viernes, 16 de mayo de 2014
¿Qué pinto yo aquí?
Ese es el título del libro de John Julius Reel que ayer presentó en Sevilla.
La presentación fue excepcional, pasamos un rato inolvidable. El vídeo que se proyectó fue una genialidad, indicativo de la gracia, perspicacia e inteligencia que vamos a encontrar en el libro, y que tiñeron también sus palabras y la lectura de uno de los artículos que incluye, sobre la “suerte” y el diverso modo que tenemos los españoles de entender ésta frente al concepto de “self made man” estadounidense, bastante iluminador.
No es extraño que se vendiera sobre la marcha y se hicieran grandes colas para su firma. Exceptuándome a mí, que como siempre, con mi habitual imprevisión, no llevaba un duro en el bolsillo, (bueno tres euritos), y no pude comprarlo y por tanto que me lo dedicase. Eso lo voy a reparar hoy mismo y ya me las ingeniaré para que estampe su firma en él.
Este guiri afincado en Sevilla y casado con una sevillana es un tipo ingenioso y con un gran sentido del humor. Le he seguido a través de sus artículos en el Diario de Sevilla en los últimos años.
Ahora ha recopilado sus experiencias en el libro titulado como el nombre de esta entrada.
John es un padre de dos hijos pequeños, y nos narra en sus escritos sus experiencias personales, familiares, laborales, sociales, resaltando con fina ironía las diferencias de perspectivas entre un neoyorkino y un andaluz.
John no es un hombre al uso y además es un valiente que se ha ganado a pulso lo que tiene y que más aprecia: una familia estupenda, un trabajo que le encanta, escribir, y un lugar donde vive gratamente. Se siente un hombre afortunado, no “con suerte”, que es otra cosa. Ha tenido que renunciar a otras muchas cosas para ello, en contra de los convencionalismos de la sociedad actual aquí y en su país natal, pero se le ve un hombre razonablemente feliz, lo que es mucho.
Ya lo conocía por su lectura, y tras su presentación de ayer me parece una persona aún más admirable.
Desde ya recomiendo este libro, pues será un disfrute su lectura.
Como siempre el buen humor, el humor bueno, va mucho más allá de lo que con una lectura apresurada pudiera concluirse, ya que como se ha dicho, “una broma es una cosa muy seria” y el humor “la mejor manera de ver las cosas con claridad”.
Léanlo.
martes, 13 de mayo de 2014
NO SIN MI PELOTA.
Manolito va a hacer la primera comunión el domingo. Está en pijama encima de mí. Le hablo de su importancia, de la suerte que tiene y de cómo tiene que llegar a ser santo.
Me mira asustado.
- Papá es que yo no quiero ser un santo.
Ahora el que me asusto soy yo.
Bueno- me dice- es que yo no quiero ser tan importante…
El pobre se ve ya en un altar todo aburrido y sin su balón. Le tranquilizo y le digo que puede ser perfectamente un santo futbolista.
Ahora, ya le parece mejor.
Manolito va a hacer la primera comunión el domingo. Está en pijama encima de mí. Le hablo de su importancia, de la suerte que tiene y de cómo tiene que llegar a ser santo.
Me mira asustado.
- Papá es que yo no quiero ser un santo.
Ahora el que me asusto soy yo.
Bueno- me dice- es que yo no quiero ser tan importante…
El pobre se ve ya en un altar todo aburrido y sin su balón. Le tranquilizo y le digo que puede ser perfectamente un santo futbolista.
Ahora, ya le parece mejor.
lunes, 12 de mayo de 2014
FERIA II
Es una fiesta inexplicable. Hay que vivirla.
Han sido unos días esplendidos. Me lo he pasado en grande. Me he reencontrado con amigos que no veía hace mucho. He bailado con mis hijas, que han amortizado las clases de sevillanas, también con mi madre y con mi mujer.
Un día de feria es una eternidad, cuando uno se refiere a ayer parece que fue hace un siglo , de tal modo se acumulan las experiencias vividas en tan pocas horas…
A Pilar se le cayó su primer diente en la caseta. Lloraba porque lo había perdido y el Ratón Pérez no le iba a traer nada. Hubo que convencerla de lo contrario y costó lo suyo.
En la caseta del Círculo, (ya sin niños) cantaba flamenquito un tal Juan Peña, de Jérez, con bastante gracia, por cierto. Una señora famosa, ex esposa de un famoso, estaba sentada, en una mesa. Veo asombrado, como otra señora (ésta no famosa aunque sí muy arreglada) le insta a hacerse una foto con ella, a lo que amablemente accede, en vez de mandarla a tomar viento fresco… gajes del oficio supongo.
Mi pasmo fue en aumento, porque al rato, entre copas y bailes, veo a mi mujer con sus amigas muertas de risa, retratándose también con ella. Foto que ha circulado por los whatsapp de unas y otras.
Pero no queda ahí la cosa, al poco veo, entre el baile y la jarana, a mi amigo VL, siempre tan serio y comedido cual maestrante de caballería que es, prácticamente abrazado a la guapísima famosa, que, a pesar de los años, hay que reconocer que está esplendida. ¡Los efectos del rebujito!. Otra foto que corre, entre guasas, por los whatsapp de las amistades…
Saludo a un compañero del colegio que no veía desde el idem… Hace una friolera de años ya…
Y me asombro se colmó cuando, al día siguiente, me entero de que ese compañero de clase es el actual novio de la bella famosa del papel couché. ¡Cosas de la vida, cosas de la feria!
Es una fiesta inexplicable. Hay que vivirla.
Han sido unos días esplendidos. Me lo he pasado en grande. Me he reencontrado con amigos que no veía hace mucho. He bailado con mis hijas, que han amortizado las clases de sevillanas, también con mi madre y con mi mujer.
Un día de feria es una eternidad, cuando uno se refiere a ayer parece que fue hace un siglo , de tal modo se acumulan las experiencias vividas en tan pocas horas…
A Pilar se le cayó su primer diente en la caseta. Lloraba porque lo había perdido y el Ratón Pérez no le iba a traer nada. Hubo que convencerla de lo contrario y costó lo suyo.
En la caseta del Círculo, (ya sin niños) cantaba flamenquito un tal Juan Peña, de Jérez, con bastante gracia, por cierto. Una señora famosa, ex esposa de un famoso, estaba sentada, en una mesa. Veo asombrado, como otra señora (ésta no famosa aunque sí muy arreglada) le insta a hacerse una foto con ella, a lo que amablemente accede, en vez de mandarla a tomar viento fresco… gajes del oficio supongo.
Mi pasmo fue en aumento, porque al rato, entre copas y bailes, veo a mi mujer con sus amigas muertas de risa, retratándose también con ella. Foto que ha circulado por los whatsapp de unas y otras.
Pero no queda ahí la cosa, al poco veo, entre el baile y la jarana, a mi amigo VL, siempre tan serio y comedido cual maestrante de caballería que es, prácticamente abrazado a la guapísima famosa, que, a pesar de los años, hay que reconocer que está esplendida. ¡Los efectos del rebujito!. Otra foto que corre, entre guasas, por los whatsapp de las amistades…
Saludo a un compañero del colegio que no veía desde el idem… Hace una friolera de años ya…
Y me asombro se colmó cuando, al día siguiente, me entero de que ese compañero de clase es el actual novio de la bella famosa del papel couché. ¡Cosas de la vida, cosas de la feria!
viernes, 9 de mayo de 2014
¡VIVA SEVILLA Y OLÉ!
Escribí estos ripios de broma, el otro día, para leerlos a un grupo antes de ir a la feria. To mu sevillano...
(Pa leerlo con su poquito de sorna, su poquito de guasa y su poquito de asento andalú...)
¡Ya se encendió la portada
de la gloria de Sevilla
se alegran los corazones
la feria que maravilla!
dejemos atrás las penas
los problemas, las rencillas
¡a bailar por sevillanas
a vivir que son dos días!
se gasta lo que se deba
aunque deba lo que gaste
porque ya llegará el día
en que todo me sobrare
y mientras tanto, mi arma
no lo dudes y no faltes
ponte el traje de volantes
el mantón liao al talle
¡y vámonos que nos vamos
a pasear por el real
con un coche de caballos
a no parar de bailar!
que la vida es un suspiro
un visto y no visto que
en menos que canta un gallo
estaba, vino y se fue
Ponte el vestío de lunares
Que tanto te favorece
Y vente a la feria, niña
verás que rejuveneces
Venga, quillo, que te esperan
la copa, el cante y el baile
un trozo de primavera…
que te regala la vida
ese color especial
que dicen tiene Sevilla,
una mirada, unos ojos
un reflejo, una sonrisa
el albero, los lunares
caireles de plata fina
una jaca cartujana
y una chiquilla a la grupa
con unos ojos azules
que va estrenando la vida
y una madre en la caseta
que con nostalgia la mira
porque esta viéndose ella,
¡si es que parece a ella misma!
esa ilusión, ese gozo
de ir sujeta a la cintura
de un joven moreno claro
el niño que a ella le gusta
y le declaró su amor
con el sombrero y la fusta
de la caseta, en la puerta,
la de siempre, como siempre
en Joselito Cuarenta
¡la feria, niña, la feria
que rejuvenece el alma
que alegra las pajarillas!
¡La mejor fiesta de España!
¡Alegría, alegría,
Venta a la feria niña,
vente , chiquilla!
Ponte la peina
Que por el puente, niña, pasa la reina
Mira que gozo
Y el clavel que me diste lo tire al pozo
Mira que cosa
mi novio es cartujano pinto de loza
mira que talle
va Carmen la cigarrera
presumiendo por la calle
y a su manera
mirala cara a cara que es la primera
y que alegría
cuando paso por el puente, Triana
contigo vida mia
y que te voy a desí
me case con un enano
salerito pa jartarme de reí
y sueñan las margaritas con se romero...
y un pañuelo de silencio a la hora de partí...
y aquí lo vamo a deja
algo se muere en el arma
cuando un amigo se va…
y ya esto se acabo
no te vayas todavía no te vayas por favó
no tenemos mas remedio
aunque llore tu guitarra
aquí decimos ADIOS.
Y quitándome el sombrero,
el sombrero cordobés
Grito que viva la feria
¡viva Sevilla Y OLÉ!
Escribí estos ripios de broma, el otro día, para leerlos a un grupo antes de ir a la feria. To mu sevillano...
(Pa leerlo con su poquito de sorna, su poquito de guasa y su poquito de asento andalú...)
¡Ya se encendió la portada
de la gloria de Sevilla
se alegran los corazones
la feria que maravilla!
dejemos atrás las penas
los problemas, las rencillas
¡a bailar por sevillanas
a vivir que son dos días!
se gasta lo que se deba
aunque deba lo que gaste
porque ya llegará el día
en que todo me sobrare
y mientras tanto, mi arma
no lo dudes y no faltes
ponte el traje de volantes
el mantón liao al talle
¡y vámonos que nos vamos
a pasear por el real
con un coche de caballos
a no parar de bailar!
que la vida es un suspiro
un visto y no visto que
en menos que canta un gallo
estaba, vino y se fue
Ponte el vestío de lunares
Que tanto te favorece
Y vente a la feria, niña
verás que rejuveneces
Venga, quillo, que te esperan
la copa, el cante y el baile
un trozo de primavera…
que te regala la vida
ese color especial
que dicen tiene Sevilla,
una mirada, unos ojos
un reflejo, una sonrisa
el albero, los lunares
caireles de plata fina
una jaca cartujana
y una chiquilla a la grupa
con unos ojos azules
que va estrenando la vida
y una madre en la caseta
que con nostalgia la mira
porque esta viéndose ella,
¡si es que parece a ella misma!
esa ilusión, ese gozo
de ir sujeta a la cintura
de un joven moreno claro
el niño que a ella le gusta
y le declaró su amor
con el sombrero y la fusta
de la caseta, en la puerta,
la de siempre, como siempre
en Joselito Cuarenta
¡la feria, niña, la feria
que rejuvenece el alma
que alegra las pajarillas!
¡La mejor fiesta de España!
¡Alegría, alegría,
Venta a la feria niña,
vente , chiquilla!
Ponte la peina
Que por el puente, niña, pasa la reina
Mira que gozo
Y el clavel que me diste lo tire al pozo
Mira que cosa
mi novio es cartujano pinto de loza
mira que talle
va Carmen la cigarrera
presumiendo por la calle
y a su manera
mirala cara a cara que es la primera
y que alegría
cuando paso por el puente, Triana
contigo vida mia
y que te voy a desí
me case con un enano
salerito pa jartarme de reí
y sueñan las margaritas con se romero...
y un pañuelo de silencio a la hora de partí...
y aquí lo vamo a deja
algo se muere en el arma
cuando un amigo se va…
y ya esto se acabo
no te vayas todavía no te vayas por favó
no tenemos mas remedio
aunque llore tu guitarra
aquí decimos ADIOS.
Y quitándome el sombrero,
el sombrero cordobés
Grito que viva la feria
¡viva Sevilla Y OLÉ!
lunes, 5 de mayo de 2014
FERIA EN SEVILLA
Hoy empieza la feria.
Es una fiesta alegre, luminosa y bella.
Todo se suspende cuando se pisa el albero. La ciudad cambia, nos adentramos en un mundo ficticio, que no falso. Es la ciudad utópica, donde todo es bueno. Es el retorno al paraíso perdido. A veces se va con preocupaciones, que se disuelven cuando uno entra en una caseta y apoyado en la barra se toma una copa de vino. Cuando se ve un grupo de mujeres bailando al son de las guitarras. Volantes, lunares, flores y cante.
Me voy a sentar a la puerta a ver pasar los coches enjaezados, a la calesera, a la inglesa… Suena el cascabeleo argentino. Madroños de colores, mulas, catites, sombreros de ala ancha, de copa, caireles y zahones…
El sol destella sobre el vino de oro y el albero se deshace en partículas mágicas y etéreas… a su través veo los caballistas, la bella amazona, como una diosa efímera. ¿Dónde estoy?
Suena la música de las sevillanas. Una mujer canta. ¿Sueño o velo?
Como se enredan en el botón de la chaqueta los flecos del mantón de una hermosa gitana, no hay prisa en liberarse, la feria te engancha. Ya nos iremos…
Ahora, vamos a pasarlo bien.
Hoy empieza la feria.
Es una fiesta alegre, luminosa y bella.
Todo se suspende cuando se pisa el albero. La ciudad cambia, nos adentramos en un mundo ficticio, que no falso. Es la ciudad utópica, donde todo es bueno. Es el retorno al paraíso perdido. A veces se va con preocupaciones, que se disuelven cuando uno entra en una caseta y apoyado en la barra se toma una copa de vino. Cuando se ve un grupo de mujeres bailando al son de las guitarras. Volantes, lunares, flores y cante.
Me voy a sentar a la puerta a ver pasar los coches enjaezados, a la calesera, a la inglesa… Suena el cascabeleo argentino. Madroños de colores, mulas, catites, sombreros de ala ancha, de copa, caireles y zahones…
El sol destella sobre el vino de oro y el albero se deshace en partículas mágicas y etéreas… a su través veo los caballistas, la bella amazona, como una diosa efímera. ¿Dónde estoy?
Suena la música de las sevillanas. Una mujer canta. ¿Sueño o velo?
Como se enredan en el botón de la chaqueta los flecos del mantón de una hermosa gitana, no hay prisa en liberarse, la feria te engancha. Ya nos iremos…
Ahora, vamos a pasarlo bien.