Le pregunto a Manolito, que regresa de ver el partido Sevilla-Betis, con sus primos, que cómo ha ido.
Muy convencido e indignado me contesta:
¡Nos han robado el partido!
Yo ajeno a todo, le pregunto el resultado, y contesta:
¡Cuatro a cero, papá!
domingo, 24 de noviembre de 2013
jueves, 21 de noviembre de 2013
La procesión de la Niña María.
Ayer fue la procesión de la Niña María en el patio del colegio.
A la tres y media, Reyes y yo, nos levantamos con gran pereza de la camilla para ir a ver a los dos pequeños que participaban en tan magno evento. Aún recuerdo cuando fue Ignacito el que procesionaba por primera vez. Íbamos ilusionadísimos y prácticamente se nos caía la baba de emoción cuando lo veíamos, con su uniforme, tan peinadito, sus calcetines estirados que le dejaban al descubierto las rodillas, y sus tres añitos recién estrenados.
Ahora, con la quinta, la emoción, (he de reconocerlo) no es la misma. También es cierto, creo, que nuestra tontería tampoco.
Pero delante de mí, pegada a la valla que ponen para evitar efusiones de padres primerizos, que somos capaces de plantarnos en medio de la procesión y achuchar al niño y decir a voz en grito,:¡¡¡¡¿pero no lo veis? Si es el más bonito de todos, si es el más guapo y el más listo, y…, y…, y…!!!!. Como decía, delante de mí había una señora muy elegante, que impaciente, se empinaba para ver acercarse a los niños. Por los altavoces habían dictado las instrucciones de rigor: "Por favor se ruega silencio, no distraigan a los niños, no los llamen ni les saluden, que se ponen nerviosos y rompen las filas, etc".
La procesión se acercaba. Era digno de ver, esa hilera de mocosos ordenaditos, de tres a cinco años, todos cantando canciones infantiles dedicadas a María, muy en su papel, sin salirse de las instrucciones.
Pero he aquí, que en la fila de los más pequeños se acerca una niña rubia, de cara redonda, con su gran lazo azul en la cabeza. Había que ver a esa abuela, (primeriza, saltaba a la vista), que brincaba, hacía señas, chistaba y saludaba sin reparos a su nieta. Rompió todas las órdenes y encomiendas. Y decía sin poderse contener: ¡Ay, que te como, ay, que te como!
Yo me reía para mí. Tantas reglas… ¿Quién le pone puertas al campo? Y ahí seguía esa abuela, tan distinguida ella, desbordante de ilusión y alegría dando saltos y haciendo visajes.
A mí, tengo que decirlo, me emocionó mucho. Más incluso que mis niños, que venían detrás, muy seriecitos y compuestos, y a los que ¿alguien lo puede dudar? daban ganas de comérselos también.
martes, 19 de noviembre de 2013
Flipando estoy...
Manolo entusiasmado mientras hace un gesto acrobático con las piernas en el aire: ¡No veas papá, el golazo que he metío, hubieses flipao!.
A mí, que nunca me ha gustado el fútbol, a mí que odiaba el carrusel deportivo los domingo por las tardes, y como el perro de Paulov, su melodía me causaba espasmos...el colegio, los deberes sin hacer...Bebe, soberano...Uff.
Pues ahí me tenéis, escuchando futbol de fondo todo el día, yendo a partidos que me interesan un pimiento, y tratando de contestar con gran entusiasmo a mi hijo: ¡Si, claro, claro, hubiese flipao!
A mí, que nunca me ha gustado el fútbol, a mí que odiaba el carrusel deportivo los domingo por las tardes, y como el perro de Paulov, su melodía me causaba espasmos...el colegio, los deberes sin hacer...Bebe, soberano...Uff.
Pues ahí me tenéis, escuchando futbol de fondo todo el día, yendo a partidos que me interesan un pimiento, y tratando de contestar con gran entusiasmo a mi hijo: ¡Si, claro, claro, hubiese flipao!
miércoles, 13 de noviembre de 2013
Dama de otoño
Con su perfume dulce y profundo ha invadido las calles de la ciudad en este noviembre extrañamente cálido.
Cuando oscurece sale a pasear por las callejas y desde la profundidad de los patios exhala su aroma invadiendolo todo.
Camino a la luz de las farolas y mi sombra resuena entre los adoquines de oro viejo. No la veo pero ella me acompaña, me sigue, me invade, con sus efluvios narcóticos.
Subo a mi azotea a recoger la ropa tendida y al abrir la puerta el aire tibio y perfumado me recibe y flota sobre las torres iluminadas.
Me saluda y me encanta.
La dama de noche.
Cuando oscurece sale a pasear por las callejas y desde la profundidad de los patios exhala su aroma invadiendolo todo.
Camino a la luz de las farolas y mi sombra resuena entre los adoquines de oro viejo. No la veo pero ella me acompaña, me sigue, me invade, con sus efluvios narcóticos.
Subo a mi azotea a recoger la ropa tendida y al abrir la puerta el aire tibio y perfumado me recibe y flota sobre las torres iluminadas.
Me saluda y me encanta.
La dama de noche.
lunes, 11 de noviembre de 2013
Puente de Todos los Santos II
El agua estaba helada pero los más valientes nos bañamos antes de comer y los niños todos. El sol estaba radiante, la playa vacía y el cielo azul. Bañarse así, fuera de temporada se disfruta más. El día anterior en Sevilla ya hacía fresco y estábamos todos inmersos en la vorágine de nuestras tareas habituales, oficina, cole, clases, deberes; llevar y recoger niños…
Y a sólo unas horas y no muchos kilómetros ¡otro mundo!.
He de romper una lanza en pro de las playas gaditanas (que son las mías) y es que su arena fina y dorada son incomparables, estas del mediterráneo es negruzca.
Habitación con vistas |
Al fondo se recortaba el Peñón. Así visto tan de cerca, emergiendo abruptamente del mar, hace un efecto peculiar y asombroso. Como no, también doloroso. Pensar que se halla en manos de la “pérfida Albión”…
África, entre brumas, elevaba sus montañas grises azuladas sobre la línea azul grisácea del horizonte marino, perfilándose en un cielo alto y limpísimo, sugestiva, incitante. ¡Tan cerca y tan lejos!
Entonces nos percatamos de que verdaderamente somos el sur más sur y del carácter excéntrico con el que siempre se nos habrá visto desde la Europa fría de anglosajones y teutones.
Benahavís, es un pueblo idílico, lo que saben bien los extranjeros que lo han ocupado al completo. Entre la sierra y el mar y un clima único.
Al día siguiente me impacto la visita a Puerto Banús. Hacía años que no iba. Realmente te hace pensar. Cómo se pueden poseer esos barcos, cómo se pueden comprar en esas tiendas…
No sé, en Londres o en París impactan menos, pero aquí, tan en medio de la nada, un puerto con unos comercios mirando al mar, esperando la entrada de los yates para que sus pasajeros se gasten seis mil euros en un bolsito, o cuatro mil en una “rebeca”… Si están en los escaparates, supongo que alguien lo comprará, digo yo…
¿Se puede uno acostumbrar a eso? ¿Se puede ser frívolo hasta ese extremo? Es obvio que sí. Uno reconoce la capacidad del ser humano para acostumbrarse a todo. ¿Cómo se puede vivir en un campo de exterminio? Pensamos cuando vemos esos reportajes tremendos o películas sobre la infamia, yo no lo soportaría, moriría antes. Pues no, se sobrevive. Algo así debe pasar con la fastuosidad del dinero y la vida del lujo desorbitado, que al final uno se acostumbra y se cree que se lo merece… No sé…
Sencillos zapatitos, expuestos como joyas. ¿El precio? Ni lo sé. |
Pedazo de automovil. El dueño antipático como él solo, cogío un cabreo de espanto cuando los niños se acercaron y comenzó a pitar . Se fue como una exhalación en medio de nuestras risas. |
Los coches descapotables pasaban a nuestro alrededor y los niños se hacían fotos junto a ellos, con unas marcas carísimas (cuyo nombre yo desconocía).
Después fuimos a misa a Marbella. En la Iglesia Mayor, nos sentimos como en casa tras ese paseo por la extravagancia. Cada cosa se puso en su sitio. Qué confortable saberse invitado, sentirse parte, de lo sencillo, lo íntimo y lo importante.
El mar seguía siendo el mar... |
lunes, 4 de noviembre de 2013
PUENTE DE TODOS LOS SANTOS I
Aprovechando el largo fin de semana, toda la familia paterna, hemos ido de viaje a la Costa del Sol.
Los veintitantos: abuela, padres, nietos, tíos, sobrinos…
Hemos copado el hotel donde descansaban plácidamente algunos ingleses y alemanes.
Los niños lo han disfrutado como enanos y los mayores también.
El hotel de Estepona, fantástico, con sus múltiples piscinas, amplias habitaciones con vistas al mar y, madre mía, desayuno y cena buffet incorporados.
Los pequeños se atiborraban de helados y tartas de chocolate y los padres de todo lo demás.
Mi madre intenta que todos los años tengamos unos días de “confraternidad”, muy preocupada porque siempre estemos muy unidos, también cuando ella no esté. Dice que ante cualquier síntoma de desunión se aparecerá. Intentaremos ser obedientes, por lo que pueda pasar…
Las calabazas de jalogüin, las caninas, y las telarañas, “adornaban” todo el hotel. En fin esto es lo que hay, como para salir huyendo.
Lo de la Costa del Sol, se entiende. Eso de que todos los jubilados del mundo se vengan a morir al mar. Vaya clima, vaya aguas y vaya baños que nos hemos pegado en playas y piscinas en pleno mes de noviembre.
Sobre las excursiones y demás experiencias ya hablaré mañana si Dios quiere y el tiempo no lo impide… (intentaré incorporar fotos)