viernes, 22 de septiembre de 2017

Premiar a los malos y castigar a los buenos

¿Diálogo, diálogo? ¿Pero qué es esto?
Como se han portado mal y han sido un poquito rebeldes vamos a contentarlos.
No es ese el camino.
Mi hijo Santiago no se quiso comer ayer el plato de guisantes del almuerzo, no fue a su entrenamiento por la tarde y se los comió para merendar.  
La próxima vez se lo pensará dos veces antes de decir que no quiere el primer plato.

No hay que intentar contentar a  quien no se quiere contentar. Los independentistas lo quieren todo y no se les puede dar sin perjuicio de los demás. No se puede ceder cometiendo injusticias para tratar de aplacarlos.
Habría que recortar competencias autonómicas, especialmente la educación y tratar de centralizar la fiscalidad de manera que todos los españoles seamos iguales. La tendencia es a la igualdad, no al privilegio, habría que terminar con un sistema fiscal propio del Antiguo Régimen como el de las Vascongadas, no ampliarlo a otras regiones.
Esto es el colmo, rebélense contra el estado que les saldrá rentable.

¿Diálogo, diálogo?

¡Y un carajo!

1 comentario:

  1. Cuánto me alegro de conocer tu cuaderno de bitácora. Eso es lo que pensamos los que conservamos la verticalidad.

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